"Dos gemelos empiezan a entrenar, mismos estado de forma, experiencia, habilidad y condicionantes de salud. Incluso comparten objetivo: pérdida de peso. Pero uno espera perder 10Kg en 3 meses y el otro 20. Pasado ese tiempo, ambos han perdido 15Kg, pero el primero tiene sensación de éxito y el segundo tiene sensación de fracaso, el primero está motivado y el segundo frustrado. Mientras el primero continua entrenando puesto que considera que compensa el resultado, el segundo abandona al tener la sensación opuesta. Pasados 5 años, el primero ha perdido 25Kg, el segundo ha ganado 10. Todo empezó por una mala gestión de las expectativas." Empezamos...
En enero mencionaba que, históricamente, febrero era un mes clave para las aspiraciones de la SD, y específicamente en contra de estas. Pues ya podemos decir oficialmente que una temporada más el Compostela se estrella en febrero. Da igual el entrenador, la plantilla o la directiva, desde hace 4 años, cuando ya se dejaba entrever que Yago Iglesias no continuaría, todos los febreros han sido un auténtico desastre. Nuevamente, como cada marzo, si los cuchillos no suenan en la dirección deportiva, estos suenan en la grada, pero inevitablemente este tercer mes del año es el de pedir dimisiones y ceses de manera masiva. Parece que nadie recuerda que esos de los que se pide hoy el cese, hace unos meses, eran unos ídolos salvadores, y que cuando los resultados sonreían en la primera vuelta prácticamente nadie se atrevía a cuestionar. En el fútbol no existen los milagros, y las categorías están para algo, tanto para entrenadores como para jugadores. En estos años, además, el club ha continuado exportando jugadores, lo que contradice que el nivel de la plantilla no sea adecuado, viendo, por otro lado, que jugadores que no valían aquí, están jugando en equipos de Ourense o Pontevedra. Y ya no hablo de los jugadores que ascendieron a categorías superiores desde el club santiagués. La única diferencia real es que tras la era Yago Iglesias no se ha creado un proyecto nuevo, y cada temporada es un reality sobre qué jugadores le son de interés al entrenador para intentar competir. Se marcan unos objetivos, unas expectativas, pero no se define qué se quiere ser, a qué se quiere jugar, cómo y con qué, ni se elabora un plan de acción que seguir. Si os acordáis, fue mi último gran deseo tras conocerse la salida de Yago Iglesias, conformar un nuevo proyecto, pero no se hizo y los resultados a la vista están.
Y es que finalmente los aficionados acaban siendo víctimas de esas expectativas, expectativas que además exigen los propios aficionados, sin darse cuenta de que el camino para conseguir los objetivos, muchas veces no es el más corto. Y es que, inconscientemente, si te autoimpones como objetivo el ascenso, pelear por entrar en playoff siempre será insuficiente, aunque exista la posibilidad de que se cumpla el objetivo. Por el contrario, un equipo que pelea por estar en la zona tranquila si se encuentra peleando por el playoff siempre estará mejor valorado. El problema reside en que ningún aficionado aceptará objetivos por debajo de los del año anterior, y por eso el endeudamiento acaba siendo el camino fácil para evitar la tensión social. Si nos fijamos en la inversión del Deportivo de la Coruña en los tres últimos años, podemos comprobar que su presupuesto está muy por encima del de sus competidores, y esto es únicamente por sentirse obligado a cumplir las expectativas.
Llegados a este punto, lo primero que deberíamos hacer todos los aficionados del Compos es liberarnos de esas expectativas basándonos en la realidad de los hechos. El Compostela no va a ganar la liga y peleará por acabar cuarto o quinto en igualdad de condiciones que Guijuelo, Langreo y Rayo Cantabria, esa es nuestra liga, independientemente de lo que hayan invertido cada uno. Pensar que todo esto todavía tiene solución y que con ceses se puede corregir la situación, debería hacerte pensar en lo sucedido en las dos últimas temporadas. Dio igual mantener a Rodri que echar a Fabiano, no es más que otra moneda al aire a cuenta del endeudamiento. La dinámica del grupo ya no se puede corregir; la frustración por los resultados no conseguidos y la presión clasificatoria, alimentan unas reacciones amigdalinas que se están centrando más en la parálisis o en la huida que en la confrontación.
Harina de otro costal es la que le queda a la dirección del club. Tras meses de ostracismo y ocultación, deberían haber salido a alumbrar el camino, marcando una dirección y orientado al futuro, por contra, han continuado con su táctica del avestruz, dejando a la afición en la más profunda de las noches. Mostrar algo de diligencia, planteamiento o simple apariencia, podría servir para tranquilizar o apaciguar los ánimos, pero al contrario está demostrando una desidia y dejadez que cuestiona mucho las razones de la adquisición de este club. Recordemos que la actual directiva ni siquiera ha fichado a un director deportivo, tan solo ha ampliado las funciones del coordinador de la cantera, dejando muy claro que está lejos de tener definido un proyecto deportivo para el club.
¿Y qué pasará? Nada. Sin un proyecto deportivo en mente, da igual que el entrenador siga o que se vaya, queda limitado a una cuestión económica y que puede terminar con el entrenador del Juvenil en el banco del primer equipo. Sin un proyecto deportivo, las renovaciones y bajas se darán sin ninguna base de información y necesidades. Sin un proyecto deportivo, la selección de nuevo entrenador será totalmente aleatoria y seguramente por amiguismo. Sin un proyecto deportivo, las altas tampoco tendrán sentido a medio - largo plazo y acabarán siendo nuevas víctimas de una afición que no entiende los fichajes. Pero, ¿y qué debería pasar? Algo muy simple, que la dirección saliera a la ágora a presentar y explicar un proyecto deportivo a 4 años con su correspondiente hoja de ruta o hitos y sus planes contingenciales. Algo que simplemente demostrase que hay algo más que arbitrariedad, capricho y clientelismo en las decisiones deportivas.
Hoy no vi la derrota en Valladolid y el fin de semana que viene me perderé el Langreo por motivos familiares, aun así trato de ver todos los encuentros en diferido para ver la evolución del paciente. Pase lo que pase la semana que viene, significará lo misma que esta, el equipo está avocado a la incertidumbre del destino por la falta de dirección y la carga de las expectativas. ¡Hasta pronto!!!
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