Aunque no os lo creáis, el pasado domingo no fui al Vero Boquete a ver la derrota del Compostela. No por nada, sino porque el cumpleaños de la mejor amiga de mi hija pequeña me resultaba más importante. Aun así, estuve pendiente de las actualizaciones del encuentro, que entre la ausencia de goles y el resonar de los largueros, me hicieron perder el interés en un encuentro que pasará más a la historia por la cola que trajo al finalizar, que por el pobre espectáculo mostrado sobre el verde.
En su enésimo intento por cambiar la dinámica del equipo, Michel Alonso optó por dar entrada a dos chavales de la cantera, pero ni así el equipo mostró ni un ápice de reacción. Para mí es algo que honra a Michel. Intentarlo hasta el final es digno de admirar, aunque para algunos morir con las botas puestas solo suponga un esfuerzo inútil. Solamente me queda en el tintero una pregunta para el señor Alonso, ¿Y volver al punto dónde comenzó a torcerse todo, no era una alternativa sobre la que reiniciar el camino?
Lo cierto es que visto el resumen de la derrota ante el Langreo, el resultado fue de lo más justo. Aunque sea difícil de admitir y el potencial de los asturianos no sea TOP, a día de hoy cualquier equipo de la competición, independientemente de su posición en la tabla, puede hacer temblar las piernas a un Compostela que aceptó la dimisión del técnico ferrolano al concluir la rueda de prensa tras el partido. Resulta llamativa la confirmación por parte del club, de que semanas atrás le habían ofrecido la renovación con amplios poderes, y que el desenlace final de la historia se haya desviado tanto. Según parece, Michel se sentiría dolido por no ser capaz de transmitir sus ideas a la plantilla, escogiendo la salida por el bien de todos. Sé que algunos defendéis la postura de que todo lo sucedido es consecuencia del polvorín indomable en el que se habría convertido el vestuario en las últimas temporadas, pero yo hago otra lectura, cómo debe estar el club internamente para que un entrenador no quiera ni empezar de cero. El poder rehacer la plantilla a tu antojo te permitiría deshacerte de las supuestas malas hierbas y renovar el plantel, por lo que los integrantes actuales de la plantilla no deberían suponer un problema, otra cosa muy distinta es lo que tienes por encima y que no podrías cambiar. Directiva y socios; esa amalgama de entes invisibles que se esconden detrás de un director de marketing reconvertido a gerente, y que a día de hoy siguen eludiendo su responsabilidad como propietarios de la entidad. Cada día que pasa, es más la incertidumbre que generan, la incredulidad de su compromiso con el club, y la duda sobre su visión del futuro de la sociedad en común con la afición. A nivel institucional, el club desciende hacia la reconversión en SAD por el tobogán oscuro y negro que los socios han diseñado. Pero esto no va de saber cada movimiento societario, la transparencia es otra cosa más sencilla, es mostrar cierta empatía por tu aficionado, tu cliente, que lo único que quiere saber es que hay alguien capaz al mando que tiene un interés común en la buena marcha del equipo. Esto honra y fideliza, lo otro enfada y hace que te den la espalda. La desconfianza que genera esta junta directiva es tal, que la duda sobre todo lo expresado hasta la fecha crece, y hace que uno se plantee si estos recién llegados tienen algo que esconder.
No es de recibo que en una ronda de preguntas rutinarias de una comparecencia, como quien no quiere la cosa, los que no nos enteramos de nada, seamos notificados de que la junta prevista para el pasado diciembre sí se habría celebrado en los términos previstos. Hubo alta de nuevos socios cuyo trámite registral estaría en curso “supuestamente”, y también hubo nombramiento de la nueva junta directiva. ¿Era demasiado esfuerzo hacer un escueto comunicado notificando el acto y la configuración de la junta directiva? ¿Hay tan pocas ganas de querer hacer bien las cosas? No, mejor el silencio y la ocultación tras la figura de un gerente, que se ve en la tesitura de tener que vender que se hará público cuando salga del registro, algo que es oficial desde la fecha del acta de la junta. De modo que, hasta que les salga de sus reales huevos, Miguel, no solo es el único interlocutor válido, sino que además es el único nexo de unión con los socios y ejecutor de sus directrices.
Y que no se me enfaden los palmeros, que yo, lerdo desinformado, tampoco quiero decirle a nadie cómo tiene que hacer su trabajo, pero tal vez, llamadme loco, alguno debería dejar sus obsesiones twitteras con los que no nos enteramos de nada en casa, y centrarse en aportar algo más allá de su propia bilis, que de esto vamos todos sobrados. No dudo que existan aficionados ávidos por conocer el estado de la conversión, pero rellenar el espacio con cuestiones a largo plazo, como que no es lo que tocaba. Ya que supuestamente en la rueda de prensa los periodistas estaban frente a la cabeza visible del club proclamada por la junta directiva, que menos que preguntarle por cuestiones ejecutivas. ¿Será la persona actualmente encargada de la dirección deportiva la que desarrollará el proyecto para la próxima temporada? ¿Se espera un incremento sustancial del presupuesto para la próxima temporada si no se asciende? ¿A qué achaca el club el fracaso de varios proyectos de forma consecutiva? ¿Adoptará el club alguna medida para intentar que esto no vuelva a suceder? ¿Considera el club que la plantilla es un grupo difícil de gestionar? ¿Se siente el club respaldado por la afición en las decisiones que está tomando? ¿Es consciente el club del deterioro que está sufriendo la marca entre los clientes potenciales?
No sé quién de todos es el más tonto y peina bombillas, pero la sensación de caos y falta de dirección no justifica de ninguna manera la ausencia del presidente fantasma ni la connivencia de algunos que han promovido la ocultación o desautorizado a los críticos en aras de no enmierdar. Es posible que en una situación idílica todo tuviera algún sentido, ya no, alguien con autoridad tiene que poner orden. Lo de “unidos somos más fuertes” es un eslogan cojonudísimo, pero alguien tiene que llevar la batuta, de lo contrario seguiremos tirando cada uno por su lado. ¡Mucha suerte a Permuy!!!!
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