Tras la derrota en Santander el pasado domingo a mediodía, las dudas acerca de la idoneidad de que el entrenador santiagués continuara en el banquillo blanquiazul volvieron. A medida que avanzaba la tarde, en redes se podían leer diferentes opiniones mientras se esperaban posibles noticias del club. Diferentes muestras a favor y en contra de la continuidad del míster, se enfrentaban por tener la razón, haciendo visible que la situación comienza a ser delicada y que la gente empieza a perder la paciencia.
Hoy es un buen día para dejaros aquí mis impresiones sobre lo que pienso que debe tener en cuenta un club a la hora de plantearse la delicada decisión de prescindir de un entrenador y contratar un sustituto. La intención es hacer un poco de terapia y abandonar los puntos de vista absolutistas centrados en aspectos específicos y haceros pensar sobre aspectos que puede no hayáis considerado en vuestra postura. empezamos.
La estabilidad y la continuidad. Siempre he defendido y defenderé la continuidad de los entrenadores porque transmite estabilidad y control por parte de los gestores del club, y porque hay que dejar trabajar, no solo para que desarrollen sus conocimientos y habilidades si no también por el bagaje de lo trabajado y para poder valorar fríamente cada uno de los otros aspectos. No obstante, esto no significa que defienda esta postura incondicionalmente y sin valorar nada más. Considero que todos los demás aspectos deben valorarse para determinar si los contras superan o no a los pros
Adaptabilidad del entrenador. Entendida como la capacidad de no tocar lo que funciona y buscar continuamente la forma de mejorar el rendimiento del equipo y los jugadores tanto en lo colectivo como en lo individual. No solo hay que encontrar la tecla, además hay que lograr que suene bien. Permuy ha mostrado una buena adaptabilidad empleando varios sistemas y probando varios jugadores, pero no ha conseguido todavía resultados, y eso es parte del problema.
Coherencia con el proyecto. Los entrenadores que comienzan la liga tienen parte de la responsabilidad de que la plantilla se adecúe a sus necesidades de juego. La infrautilización de la plantilla, genera problemas a largo plazo de grupo, y de sensación de plantilla corta o desequilibrada. Permuy comenzó la temporada con un sistema y una filosofía acorde con el proyecto, ahora mismo juega mucho más defensivo y con una propuesta para la que no tiene plantilla. Esto ahora mismo podría no ser un problema, pero el caso es que los resultados tampoco lo avalan.
Gestión de la plantilla. El “todos a una” y el buen ambiente entre los jugadores, es imprescindible para un buen resultado. El control de egos, saber lidiar con la frustración de los jugadores con menos minutos, o mantener a todos enchufados, cubren este aspecto. Lo que se desprende del club es que en este punto no hay un problema, pero en temporadas pasadas en teoría tampoco.
El juego. Aunque tengo mis preferencias, yo no defiendo ningún tipo de juego en concreto. Considero que cualquier forma de jugar es válida si está alineado con el proyecto planteado y su rendimiento es positivo. Ahora bien, no hay nada más difícil de ver que un equipo pasivo, especulador y que no proponga nada. Pero profundicemos un poco más. Leamos algunas frases famosas. “Para Johan, la única manera de jugar era marcar más goles que el rival” Ruud Gullit. No es que sea la única manera de jugar, ¡es que es la única manera de ganar! Tampoco me olvido de la otra gran máxima del fútbol “si no te marcan, no pierdes”. “Cuantas más ocasiones generas, más ocasiones tienes de meterlas” Sergio Bermejo. Otro mantra del fútbol divulgado por cualquier entrenador sin la necesidad de una licenciatura en matemáticas. Su contrapunto está en la propia ciencia estadística, que dice que una sola ocasión es suficiente para que se pueda convertir en gol. “La mayoría de los goles (75%) se marcan en transición o a balón parado” José Mourinho. Aunque se intente vender otra realidad la estadística es demoledora. "La situación más difícil que hay en el fútbol mundial es la fase ofensiva ante un equipo replegado” Luis Enrique. Aunque podría escoger a cualquier otro entrenador, todos están de acuerdo en que es más fácil defender que atacar. “Este equipo no sabe jugar a defender” Rodri Veiga. Siete entrenadores más tarde, pero varios jugadores todavía en plantilla, me recuerdan unas palabras que tal vez no estén tan desfasadas. Cada persona pretende hacer valer su postura aferrada a uno de estos mantras que defiende su idea de fútbol, pero la única verdad es que todas son verdad. El problema de Yago Iglesias para cerrar partidos es que no sabe jugar a defender, está muy bien cuando eres superior a tu rival, pero si no, a lo mejor acabas con cara de Alavés B. Juan Carlos Andrés también quiso probar y especuló en Tarazona. Ni Rodri ni Fabiano ni Michel lograron marcar a equipos encerrados, buscando mejorar tras conseguir no dar pena en defensa. Acabaron fuera de los puestos de playoffs. La temporada pasada Manel se obcecó con la portería a cero, fracasó, y prácticamente sin cambios en la línea defensiva y con menos experiencia en los banquillo de la categoría, Permuy también. ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Sin ningún tipo de duda la SD está creando cátedra en tropezar sistemáticamente en la misma piedra.
Rendimiento. Esta es la constante vital del paciente, el famoso “todo da igual mientras se gane”, los datos fríos sin ningún tipo de injerencia subjetiva. En este aspecto no solo entran los puntos logrados frente a los que estuvieron en juego, también podemos valorar métricas como goles encajados y recibidos, tarjetas a favor y en contra, puntos de diferencia con respecto al objetivo, ocasiones generadas y concedidas o efectividad de las ocasiones. Además también se deben evaluar las tendencias de estas métricas para determinar si hay o no mejoría. Al margen de la Copa Federación, que a pesar de ser un éxito para el club, no está dentro de sus objetivos, el Compos ha logrado 4 puntos de 21 siendo decimosexto a 9 puntos del playoff, es el máximo goleado, el segundo mínimo goleador, y el segundo equipo con mayor diferencia de goles en contra. Además, por primera vez en varios años, ninguno de sus jugadores está entre los 20 máximos goleadores del grupo, y le sacan más tarjetas que a sus rivales. Sí es cierto que de perder 2-0 ha pasado a perder 2-1, y de conceder más ocasiones y tener más ocasiones ha pasado a ceder menos, pero a crear menos también.
Capacidad del entrenador. Obviamente cualquiera que sea entrenador de un equipo ha pasado un proceso de selección, y por tanto, tiene la cualificación básica necesaria para el desarrollo de sus funciones. Otra cosa es que comparando cualidades o experiencia con otros candidatos determines que no es suficiente para alcanzar tus objetivos. Es notoria y reconocida por el propio Permuy su falta de experiencia en la categoría, y esto que, tras lo visto la temporada pasada, podría no haber sido relevante, ahora sí puede serlo. Recordemos que Permuy la temporada pasada coge un equipo rodado que hizo la pretemporada con Manel y que jugó la mayor parte de los partidos con Michel, dos entrenadores con mucha experiencia en la categoría. Al equipo de Permuy se le ve poco cohesionado, falto de preparación y con errores de bulto en defensa, pero eso no significa ni que no lo pueda corregir, ni que otro entrenador lo pueda corregir seguro al 100%.
Disponibilidad de relevo. Otro aspecto imprescindible a la hora de valorar el cambio de entrenador, es si existen en el mercado perfiles válidos. En mi opinión, debe ser un perfil que mejore notablemente a lo que hay en estos aspectos, si no es una pérdida de tiempo.
Creo que hay motivos de sobra para que el club se plantee el cambio de entrenador. Otra cosa muy diferente es la valoración que se haga de estos motivos, y qué peso se le quiere dar a cada uno de ellos, así como, la opinión que nos merezca la influencia que todo esto pueda tener en los objetivos del club. En mi opinión, e independientemente de lo que suceda en Copa, una nueva derrota en casa complicaría aún más la situación, pudiendo volverse insostenible. Aunque claro, harina de otro costal es conocer quién es el fantasma que pulsaría el botón.
El próximo domingo visita el Vero Boquete de San Lázaro el Guijuelo. Los salmantinos, con dos puntos más que los picheleiros, también están en descenso, por lo que tampoco están para echar cohetes después de haber luchado la temporada pasada por los playoffs de ascenso. Seguimos en el arranque de la temporada y los puntos todavía no salvan las vidas de los clubes, pero vaya si salvan las de los entrenadores. ¡Hasta la semana!!!
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