Cada vez que veo una entrevista a su IlustrĂsima tengo la sensaciĂłn de que aĂșn no ha pasado pagina, de que sigue en esa fase del duelo donde buscas culpables a tu dolor. SupĂ©ralo Antonio. Tal vez tu pĂ©rdida haya sido mayor que la nuestra pero sĂłlo tĂș te equivocaste con las decisiones.
Cada vez que veo una entrevista a su IlustrĂsima tengo la sensaciĂłn de
que aĂșn no ha pasado pagina, de que sigue en esa fase del duelo donde buscas culpables a tu dolor.
Supéralo Antonio. Te lo digo sin acritud y por el bien de todos. No
dudo que probablemente tu pérdida haya sido mayor que la nuestra pero
debes aceptar, que en Ășltima instancia, tĂș tomaste las decisiones. Debes entender que no es tan grave equivocarse, de hecho, tomar mejores decisiones que los monos no es tan fĂĄcil como parece.
En un famoso experimento se condicionĂł a unos monos a entender la utilidad del dinero para comprar uvas. El estudio fue tan persuasivo que los animales mostraron elasticidad en la demanda, comprando
menos cuando los precios subĂan y mĂĄs cuando bajaban; pero el verdadero
descubrimiento se produjo cuando los investigadores introdujeron dos juegos de azar.
En un primer juego, un cientĂfico le mostraba una uva al mono y,
dependiendo de cĂłmo cayera una moneda lanzada al aire, cara o cruz, el
animal recibĂa sĂłlo una uva, o una uva mĂĄs de “bonificaciĂłn”. En el
segundo juego, al mono se le mostraban dos uvas desde el inicio. Cuando
el lado de la moneda no le era favorable al mono, el cientĂfico le
quitaba una uva. En ambos juegos los monos obtenĂan, en promedio, el
mismo nĂșmero de uvas. Sin embargo, en el primero, la uva se presenta
como una ganancia potencial, mientras que en el segundo juego como una
posible pérdida. Por lo que los monos mostraron una clara preferencia por el primer juego.
A un mono racional no le habrĂa importado, pero estos monos irracionales padecĂan lo que los psicĂłlogos llaman “aversiĂłn a la pĂ©rdida”, comportĂĄndose
como si el dolor de perder una uva fuera mayor que el placer de
ganarla. Esta observaciĂłn fue plasmada a principios de los noventa
por los psicĂłlogos Daniel Kahneman (Nobel en 2002) y Amos Tversky en la conocida como “teorĂa prospectiva”.
Esta teorĂa econĂłmica aplicada al fĂștbol viene a decir que cuando te
crees que mereces estar en segunda, arriesgas hasta la ruina, y cuando
la realidad te dice que tĂș sitio es la Segunda B aseguras no descender
de Tercera. Ese dolor por el miedo a la posibilidad de perder mĂĄs
categorĂa es un poderoso impulsor de la toma de decisiones que muchas veces dista de ser lo mejor.
Fue ese dolor el que nos trajo hasta aquĂ, el que redujo de un hachazo
el presupuesto, el que conformĂł una plantilla ajustada a ese presupuesto
sin que corriera riesgos de descender, y el que diseñó una polĂtica de Marketing y Ventas basada en el “que pague Juan Pueblo que yo ya me cansĂ©”.
SĂ, esa sangrante polĂtica de Marketing y Ventas, esa que te viene a la
cabeza cuando escuchas decir con la boca pequeña que el nĂșmero de
abonados hasta el momento ronda los 600. Y aĂșn se preguntarĂĄ por quĂ©.
Dice la neurociencia que el dolor que se siente al pagar se compone de
un coste de oportunidad, un impuesto moral y una forma de pago. Pues
bien, muchos de los 600 nos privamos de otras cosas para juntar
los 95 euros que nos costĂł el abono con la megaoferta, los pagamos sin
remordimientos y sin discutir la forma de pago. Pagamos, y lo
hicimos aunque nos doliera, lo hicimos porque somos los de aquella aldea
gala, los 600 espartanos del Compostela, los irreductibles, los que
luchamos por la supervivencia del club a pesar de los que toman las
decisiones.
Para este año el objetivo es el que es y agradezco la sinceridad con la que se estĂĄ expresando, aunque preferirĂa que fuera otro y mĂĄs con ese precio de abono. Ahora sĂłlo nos queda esperar que el mĂster logre dotar de consistencia al equipo y que este mejore porque de verdad que tiene potencial.
SĂ© que os gustarĂa que analizara mĂĄs las posibilidades del equipo pero prefiero esperar dos semanas para poder realizar una mejor evaluaciĂłn.
SĂ© que os gustarĂa que analizara mĂĄs las posibilidades del equipo pero prefiero esperar dos semanas para poder realizar una mejor evaluaciĂłn.
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