Redes rotas, peces que no llegan (versión seria)

Había una vez un pulpo llamado Marcelino, rey indiscutible de las profundidades de la Ría de Arousa. Dotado de una inteligencia superior y una capacidad innata para el camuflaje, Marcelino pasaba sus días observando a los marineros que faenaban en la zona. Sabía bien que, mientras algunos pescadores dominaban las mareas con astucia y experiencia, otros, los menos diestros, no hacían sino enredarse en sus propias redes. Uno de estos desafortunados era un barquero llamado Miguel, cuya torpeza en el manejo del timón y el poco criterio a la hora de elegir sus capturas le habían hecho ganarse la fama de ser el azote de la ría. No porque fuese un gran depredador, sino porque era incapaz de pescar algo que valiese la pena.

Este fin de semana, mientras el temporal obligaba a suspender la jornada futbolística, el gerente de la SD Compostela, Miguel Fernández, concedía una entrevista que, lejos de arrojar luz sobre la situación del club, dejaba a la afición tan confusa como Marcelino cada vez que el barquero Miguel intentaba lanzar su red. Preguntas intrascendentes sobre su día a día, su pasado en el departamento de marketing o la diferencia entre un gerente y un presidente hicieron que la conversación avanzase con la profundidad de un charco. El periodista de El Correo Gallego, Valentín, puso voluntad, pero la frialdad de las respuestas evocaba más un formulario de atención al cliente que una entrevista en serio. Y en un club que lleva tiempo siendo señalado por su opacidad, esto es un auténtico despropósito.

Pero entremos en materia. Cuando se le pregunta por la situación judicial con el expresidente Kingteiro, el gerente la reduce a una "querella por la validez de unas actas" sin más explicación y quitándole hierro. Pero, ¿Cuál es el contenido de las actas demandadas? ¿Se refieren al cierre de la 2022/2023 y la aprobación de presupuestos para la 2023/2024? ¿A la convocatoria electoral? ¿A la composición de la junta directiva? Porque, no nos engañemos, de ello depende la conversión en Sociedad Anónima Deportiva y, por tanto, a la ampliación de capital y la capacidad de inversión del club. En el programa de "Esplendor en la hierba", Valentín, aseguraba que la directiva ha suspendido por cuestiones de seguridad jurídica, cualquier desembolso hasta que la justicia decida a final de año, lo que implícitamente significa que ni esta temporada ni la próxima podremos aspirar a un aumento del presupuesto. Dicho de otra forma: Marcelino tendrá que seguir viendo cómo Miguel lanza redes rotas.

La indignación alcanza su cenit con la siguiente pregunta. El periodista, con un candor que enternecería a cualquier despistado, plantea: "Una decisión evidente en los últimos tiempos fue cambiar un proyecto cortoplacista por uno a largo plazo. En 2023 llegaron futbolistas contrastados con el objetivo del ascenso directo, mientras que este verano se fichó gente joven, de la casa y promesas, sin fijar objetivos tan exigentes. ¿Crees que este es el rumbo que debía tomar el Compos?"

Primero, la desvergüenza de mentir tan descaradamente. Este mismo medio ha defendido desde la salida de Yago Iglesias que el club siempre tuvo un plan a futuro. Además, en ningún momento se habló de "ascenso directo", sino de playoff. Pero lo más absurdo es que se ignore la política histórica del club: desde la llegada de Kingteiro, el modelo ha sido cantera y jugadores gallegos. Porque si el Juvenil A está en División de Honor, no es por la mano de los Agrasares, sino por el proyecto de su Ilustrísima. Y si los Hugo Matos, Roque o Santi de Prado no debutaron con Permuy, no fue porque no estuvieran, sino porque ya debutaron temporadas atrás. Tal vez hay recordarle a alguien qué hacían Darío, Damián o Pablo Durán jugando en el Compostela. Y sí, los Rodri, Fabiano, Manel, Michel y demás no alcanzaron el objetivo con un presupuesto similar, pero al menos pelearon por estar arriba y no por no descender.

Pero la respuesta del gerente ya es de escándalo. Habla de "equilibrar presupuestos" cuando en verano de 2023 la anterior directiva presentó públicamente las cuentas saneadas. Y entonces ¿de dónde salen esos 700.000 euros de pérdidas que menciona? Pues de las entregas a cuenta de Kingteiro en su primera época que hubo que abonarle, y que ahora nos quieren vender como "inversión". Traducido: entraron al club sin poner un duro, pero ahora quieren que lo asumamos como una decisión financiera visionaria.

Este año el presupuesto es de 1,2 millones de euros, frente a los 1,3 del año pasado. Y que encima lo acompaña con un "Hemos decidido mandar un mensaje como club menos ambicioso" es un insulto a la inteligencia. Mientras equipos de la zona baja de Primera RFEF manejan presupuestos de 1,5 millones, nosotros estamos en la parte baja de una categoría inferior con una diferencia de apenas 300.000 euros. Pero claro, si ese recorte de 100.000 euros se concentran en el primer equipo, igual todo empieza a cuadrar.

Y aquí es donde Marcelino, nuestro pulpo, llega a la conclusión definitiva: si Miguel no sabe pescar, mejor que deje la red en manos de otros. Su gestión comunicativa ha sido un desastre. Desde el pasado verano no ha transmitido un mensaje claro a la afición, solamente una marea de imprecisiones que ha confundido aún más. La campaña de abonados debería haber sido sincera: "Si queréis pelear por el ascenso, iros a ver al Sigüeiro".

Dejo para los que gustéis de ajustar cuentas con Miguel la valoración positiva del Director Deportivo y el Cuerpo Técnico. Mi opinión es sencilla: cuando algo funciona, no se toca. El trabajo de Victor Pazos en la Dirección de Cantera y de Permuy en el Juvenil A era excelente, meterlos a prisa y corriendo para ahorrarse dos nóminas no me parece la mejor decisión.

El domingo los de Santiago viajan a Langreo para enfrentarse a un equipo temido en su campo, pero con resultados menos espectaculares de lo que podría suponerse. El debut de Markitos es seguro, solo queda ver si saldrá de inicio o desde el banquillo. Y mientras aguardamos el cierre del mercado invernal para ver si llega algún refuerzo que nos permita luchar por no se qué, nos despedimos. ¡Hasta la semana!!!!!