El pasado domingo, a eso de las dos de la tarde, daba por finalizada la temporada regular en segunda RFEF. En el grupo I, el Compos, haciendo honor a la estadística, perdía nuevamente a domicilio y caía hasta el octavo puesto clasificatorio, quedando a cinco puntos de un playoff al que finalmente Coruxo y Palencia acompañarán a los anteriormente clasificados Adarve y Navalcarnero.
Y abro aquí esta alternativa porque si algo nos ha dejado esta temporada el radio patio del club blanquiazul, son sin ninguna duda las distintas percepciones de lo sucedido durante estos meses. Toda una gama de realidades dispares tan veraces unas como otras, de las que poder escoger nuestra favorita. Desde el diseño de la plantilla hasta el palco, pasando por el banquillo. Nada quedó al margen.
Tenemos los que no han visto a casi ningún equipo superior al Compostela en toda la temporada, y también a los que aseguran que la temporada demuestra que el equipo no era tanta cosa. A los que festejan el éxito de no haber descendido, a los que tan solo quedaron decepcionados por no entrar en el playoff, o los que ven en la temporada un fracaso rotundo. Los que consideran que Rodri no vale y los que le defienden frente a una plantilla imposible de tratar. Los que se lamentan de las numerosas lesiones sufridas a lo largo de toda la temporada, y los que denuncian una nefasta preparación física. Los del "este equipo no juega a nada" y los del "los jugadores hacen lo que les da la gana". Los que culpan a Rodri y los que culpan a la plantilla, sin olvidar por supuesto a los que cargan contra Casti y los que miran al palco. Por no hablar de los motivos del resultado, el juego, la suerte, las bajas, los problemas dentro del vestuario, la configuración de la plantilla, Rodri, el presupuesto, los que se fueron, los que no vinieron, las salidas nocturnas y fiestas, el COVID, la fragilidad defensiva, la falta de gol, el querer salir con el balón jugado desde atrás, el maldito pase atrás, Fulano, los empresarios de Santiago, los santiagueses, Mengano, los centrales zurdos, la falta de un 9 gol, los cambios o la ausencia de ellos, el "es que ya todos los rivales saben a qué jugamos", y un largo etcétera de causas o posibles motivos del rendimiento ofrecido.
La realidad es compleja, nadie está contento con la situación, y no existe una realidad inequívoca. No pinta bien. Lo más seguro es que esta situación se haya generado por un mix de razones y motivos de difícil evaluación que dieron como resultado esta improductiva temporada. En las próximas semanas, como cada año, iremos evaluando cada uno de los aspectos del club, mientras la directiva tendrá que hacer su propio análisis y encontrar su propio camino.
Y nos despedimos ya deseándoos que la temporada no os haya cabreado demasiado, y esperanzados de que mejores tiempos llegarán para el club compostelano. Lo que se perdió al final de la temporada pasada no ha sido posible recuperarlo, ahora toca construir nuevamente desde cero un sentimiento y un apego necesarios para seguir creciendo, o de lo contrario volveremos al ostracismo. ¡Hasta la semana!!!
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