La triste historia de Paco y el Compostela (versión chorras)

Imaginaos a Paco, un tipo de unos 21 años que tras un par de meses sin poder salir ve como por fin llega ese ansiado viernes en el que va a salir a romper con todo. Ese viernes es su día. Tras varias horas viendo como no pasa el tiempo, Paco consigue llegar a ese instante en el que va a volver a salir de juerga buscando triunfar con la chica más guapa del local. ¡Ésta es su noche! (no os impacientéis, que más adelante lo relaciono con el Compos...)

Paco está muy contento, después de varias horas arreglándose, buscando peinar su liso pelo con sumo cuidado para que le quede con la forma que él tanto desea, va a romper con todo. "¡Hoy va a ser mi noche!", piensa todo ilusionado el joven."¡Hoy me voy a ligar a la chica más guapa que encuentre!", pensó él optimista. Paco es joven y tiene mucha ilusión por disfrutar de lo que está por llegar, porque sabe que le queda mucho futuro por delante y está convencidísimo que la chica que encuentre le va a dar muchas alegrías. Cree en él.

La noche llega, la fiesta comienza y el joven optimista intenta lanzar las redes en busca de la mujer de su vida, una tras otra comienza la búsqueda de ese sueño que lleva deseando desde hace un par de meses. Pero las horas pasan y, tras unos cuantos intentos, Paco es rechazado por unas cuantas chicas, la noche no resultó ser tan maravillosa como él esperaba. Ya casi al final de la noche, el joven aventurero se da cuenta de que esa joven perfecta no va a aparecer, la ilusión que le embriagaba comenzó a convertirse en desilusión, la esperanza de encontrar su objetivo fue diluyéndose llevándole a una realidad inesperada.

Finalmente, tras varias decepciones, en la soledad de su casa, Paco abrió los ojos y mirándose al espejo se dijo a sí mismo:"¿A ver si es que puse el listón demasiado alto y debí haberme conformado con algo menos?".

FIN

¿Y porqué os cuento esta triste historia? os preguntaréis muchos. Pues tranquilos, que yo os lo explico. Esta historia es una metáfora actual de cómo me siento yo con nuestro estimado Compos. Al principio era como Paco, estaba ilusionado con este nuevo equipo y contento de lo que podría llegar. Nuevos jugadores que generaban una esperanza en mi que, aunque trataba de ocultar, siempre acababa floreciendo. Partido a partido me he dado cuenta de que me había emocionado demasiado, tal vez debí haber bajado el listón y no esperarme que este Compos fuese a conseguir las victorias que había soñado. "¡Tranquilo, que los resultados no son para tanto!" o "Mira la clasificación, tampoco vamos tan mal" son algunas de las frases que algunos y algunas podréis decir, pero a día de hoy creo que debo de bajar el listón. Hoy soy Paco el día después de salir de marcha, con una resaca del 15 y atiborrándome a Paracetamol. Hoy creo que nuestras aspiraciones tienen que ser más humildes. Eso sí, por muy decepcionados que estemos de nuestro equipo he de deciros que, por muchos que les pese a unos cuantos, podemos sentirnos orgullosos de tener un campo de fútbol mínimamente decente dónde se puede jugar (que, por cierto, cuando hablo mal de campos en otros lugares, no me quejo del equipo, sino del concello. Si no sabéis de que va el tema, leer aquí) ¡y no, no tenemos mucho más dinero que la mayoría de los equipos de la categoría! (a pesar de que, por lo que he leído, hay gente que piensa lo contrario).

Y hasta aquí mi gilipollez semanal. Y recordad, estimados y estimadas, si no estáis seguros de si va a llover o no, llevad el paraguas igual, no vaya a ser que os pille la tormenta a medio camino. ¡Hala!¡Con Dios!

Bienvenidos al maravilloso mundo del listón compostelano.