No me gustan los empates a 0, son como un quiero y no puedo, un acabo como he empezado y los 90 minutos pasados han sido un puro trámite. Y por si fuera poco, los atuneros carballenses no tropiezan, por lo que se van todavía más arriba, seis puntitos nada más y nada menos. Pero eso no es lo más preocupante de todo, que va. Lo que realmente me preocupa es que estuvimos tan ensimismados en conseguir alcanzar el trono, que no nos paramos a mirar en unos señores de verde que se acercaron peligrosamente, en silencio, casi sin darnos cuenta. Me estoy refiriendo, queridos compostelistos y compostelistas, a los ferrolistas, ese equipo que se acerca sigilosamente hacia nosotros y que a la mínima, nos sacan de nuestra segunda plaza, esa posición en la cual ya estábamos echando raíces.
Pues no, señores y señoras, eso no puede ser, porque nuestra segunda plaza es única, y tenemos que defenderla armados hasta los dientes. Así que he necesitado adentrarme en el fantasmagórico mundo que hay en mi cerebro y buscar una solución lo suficientemente útil para poder solventar tan preocupante situación, y he sacado tantas conclusiones que me hubiese resultado prácticamente imposible tratar de describirlas con lucidez. Con lo que nos cuesta este año ganar los partidos, la consistencia en esa adorada segunda plaza podría ser el principio de una fructífera temporada. Así que dejemos a los atuneros de lado durante un tiempo y echemos la vista atrás, que los ferrolanos nos adelantan por la derecha y sin poner intermitente…
Aunque yo soy una persona de arriesgarme, un tipo al que le gusta el riesgo (no es por dejaros alucinados, pero yo soy de esos que sacan el usb sin darle antes a quitar de forma segura), creo que ha llegado el momento de pensar un poco más en lo que tenemos y no lo que podemos tener. Vamos a construir una casita mona en la segunda plaza, y ya si subimos a la primera nos alquilamos un piso, que la casita siempre va a estar ahí…
Así que me voy a adelantar a los nacionalistas, y me la voy a jugar con la creación de un nuevo territorio en el que podamos echar raíces tranquilamente. Desde hoy, os doy la bienvenida a la república independiente de la segunda plaza, ese único territorio del que nos apoderaremos mientras intentamos el ascenso al maldito trono. Y vosotros os preguntaréis ¿y qué hemos de hacer para poder trasladarnos a esa maravillosa segunda plaza? Pues tranquilos, no os preocupéis, que yo os cuento las normas que has de cumplir en caso de querer mudarte a esta maravillosa república.
1. En la república independiente de la segunda plaza el ciudadano puede disfrutar de grandes terrenos de ilusión por ascender, no son tan bonitos como los de la primera, pero oye, no están nada mal. Todo ciudadano está obligado a mantener en perfecto estado estos terrenos con la finalidad de mantener la ilusión en cada momento, Haga frío, llueva o incluso truene. En caso de no cumplir ese mantenimiento, el equipo será trasladado a plaza inferiores.
2. Con respecto a los impuestos por residir en nuestra república, se exigirá al equipo esfuerzo continuo, dejándose la piel en cada partido; en caso de no efectuar el pago del impuesto, se trasladará al equipo a la tercera plaza, y en numerosos casos, a la cuarta o quinta…
3. Es indispensable para poder residir en la república independiente de la segunda plaza traer consigo gol, porque si el equipo no ofrece los ansiados goles, la república se va a tomar por saco y todas las normas anteriores no servirán absolutamente para nada.
Bueno, si esto no os ha convencido para veniros a esta maravillosa república, no se que más deciros, la verdad… Pero recordar, un gran poder conlleva una gran responsabilidad, así que andad con cuidadito, que las medallas no se consiguen sólas.
Bienvenidos al maravilloso mundo de las repúblicas compostelanas.
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