- ¡Hola viejo amigo! ¿Me echabas de
menos?¿Cuanto tiempo ha pasado? Horas, días, semanas… ‘Claro que soy yo!¿Quién
iba a ser sino? Bienvenido al maravilloso mundo de ti mismo..
Esas fueron las primeras palabras que Steve
Urkel le dedicó a Samuel; ese fue el comienzo de la nueva relación entre ellos.
Samuel estaba perplejo, no se podía creer lo que estaba viendo. Todo lo que
había pasado por su cabeza se encontraba frente a él, como si fuese un sueño,
pero un sueño muy real…
- No… entiendo.. tu… aquí… que diablos… -
Respondía Samuel titubeando.
Steve Urkel sonrió e interrumpió las frases
sin sentido de Samuel:
- Adelante, por favor Samuel, no te quedes
ahí, entra… todo esto es por ti, y creo que te mereces verlo, creo que mereces
disfrutarlo.
Era increíble lo que estaba viendo Samuel,
nunca se había imaginado un lugar que fuese exactamente igual a todo lo que
pasaba por su memoria. Frente a él se encontró una sala roja enorme, repleto de
decoración de lo más esperpéntica, peces cantarines, globos de helio o un par
de robots que jugaban un partido de fútbol. Era todo parte de Samuel, todas sus
ideas, sus locuras, se reunían en una sóla sala. Al fondo del lugar había una
mesa de estudio llena de libros y una gran estantería en la pared. A Samuel le
sonaba mucho ese lugar, donde lo había visto antes… espera, ¡es la foto de
Steve Urkel que hizo! Se veían todos los detalles, hasta el cuadro del equipo iba incluído, estaba recreado a la perfección. Urkel invitó a Samuel a que se
sentase para charlar un rato. Una vez sentados y acomodados ambos con un vaso
de whisky que le había traído una Roomba rosa, Urkel comenzó la conversación:
- Me imagino que nunca te habías imaginado
algo así, tienes que estar alucinando… No te preocupes, esto lleva aquí desde
hace muchos años, muchísimos años..
- ¿Cómo que muchos años?¿cuantos? – preguntó
Samuel sorprendido
- Pues 25 años exactamente, que fue la
primera vez que viniste por aquí.. - le
respondió Urkel.
El rostro desencajado de Samuel lo decía
todo ¿había entendido que ya había estado aquí?.
- Eso es imposible – contestó Samuel – yo no
estuve aquí nunca, esto es absurdo, deja de vacilarme Steve.
Urkel sonrió efusivamente y prosiguió la
conversación:
- Claro que has estado ¿Es qué no te das
cuenta que estás en un bucle?
- ¿cómo en un bucle? – preguntó Samuel.
- Claro, en un bucle, tu vienes del futuro y
creas este mundo que será el comienzo de tu lado chorras, algo que comenzó hace
25 años, ¿No te das cuenta que para que siga el orden del tiempo siempre vas a
tener que venir aquí a crear tu lado chorras?.
- Espera, espera – Interrumpió Samuel – me estás
diciendo que yo vengo de mi presente, que es tu futuro, es decir vengo del
futuro para crear el lado chorras de mi
yo pasado, quién en su futuro tendrá que volver aquí para volver a crear el
lado chorras de mi otro yo… ¿Pero que mierdas es esto? Como se os va la olla,
por Dios…Si es que no tiene ningún sentido…
Urkel volvió a sonreir:
- Todo
esto lo has creado tu, Samuel, tiene el sentido que tu quieras darle, querido
amigo. Tu has creado esto.
Samuel seguía sin entenderlo, estaba
perdido, y no acababa de encontrar el sentido a la historia:
- Pero a ver, si yo vengo de mi presente, es
decir del futuro…
- ¡Es suficiente! – interrumpió Urkel – la historia
es lo de menos, lo importante es que me dijeron que buscabas una llave…
- Exacto, una llave que me da va a ser
bastante importante para mi – le confirmó Samuel.
Urkel fue a la mesa de su despacho y sacó
una caja del cajón izquierdo:
- Mi querido amigo Samuel, llevo mucho tiempo
esperando este momento. Por favor, es un honor para mi ofrecerte esta llave.
Steve Urkel abre la caja y saca de ella una
camiseta, era nada más y nada menos que la Composgrela
Sabes que eso es una camiseta… - ironizó
Samuel.
Esta es la llave de tus miedos… - Contestó
Urkel…
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