No seré yo el que diga que la temporada pasada terminó bien, pero entiendo que el resultado obtenido tras lo sucedido a lo largo de la segunda vuelta, fue más que decente, aunque sé que muchos de vosotros discrepáis. Hablando de fútbol claro, porque de cuestiones extradeportivas ni tengo el suficiente conocimiento como para opinar, ni creo que nadie esté dentro de la cabeza de los implicados para saber exactamente qué ocurrió y quién fue el responsable o incluso el instigador. Y ahí no excluyo nada, tanto me vale para lo sucedido con los entrenadores como para lo sucedido entre socios con derecho a voto.
El caso es que nada parece haber cambiado sustancialmente, Casti continúa con su política de diseño de plantilla y fichajes, la directiva sigue siendo un ente indeterminado interino, la propiedad se empecina en permanecer en la sombra, y la afición no deja de aspirar a un club normalizado operante que le dé alegrías. A pocos días de que se protocolice la configuración de la "nueva directiva", y lo pongo entre comillas porque a saber si visto lo visto no siguen los mismos, lo cierto es que los fichajes de renombre de este año han sido los que han arrojado algo de luz a una pretemporada marcada por el trabajo físico y defensivo, y alimentando poco la ilusión de ver a un Compostela ofensivo con ganas de aplastar al imberbe rival.
Y es que el domingo pasado quedó negro sobre blanco, que a este Compos de Manel o le quedan muchos entrenamientos por delante, o escasos tantos nos permitirá ver en cualquiera de las porterías. No dudo ni un instante que puede lograr el objetivo, pero el equipo tiene que crear más peligro para que se lo tomen en serio. Como bien dice el míster, en la jornada 1 hay muchos con el ascenso por objetivo, si a eso le sumamos una o dos sorpresas, veremos cuántos mantienen sus opciones intactas tras la jornada 19. Tampoco pido emular al Pontevedra de mi querido Yago Iglesias, que acabó perdiendo en casa tras un asedio infructuoso, pero sí lo suficiente para no dormir a las ovejas que terminarán por pastar en el Vero Boquete. Eso sí, no discuto que vi mucho ritmo, intensidad, solidaridad, compromiso, y encomendaciones a los porteros.
Tal vez parezca muy duro hablando de la primera jornada, pero más allá del estado del terreno de juego, que también para ser 3 de septiembre, telita, la ingente cantidad de pases al bulto y controles nefastos que anularon cualquier posibilidad de continuidad, y favorecieron el trabajo de la defensa luanquina, no se mejoran entrenando el físico o la defensa. De hacerlo, pienso que por enésima vez caeríamos en el error de mejorar únicamente aquello en lo que somos buenos, abandonándonos un año más a la suerte de nuestras debilidades.
Aburrimiento, sopor, sí, esos son algunos de los adjetivos más cercanos a lo visto en Miramar. No niego que no estuviera exento de la emoción que acompañaba a la incertidumbre del resultado, pero la ausencia casi total de ocasiones era somnoliento. Normal que ambos entrenadores se aferrasen en rueda de prensa tanto a las dos ocasiones que tuvieron, porque es que no pasó nada más. Mucho me parece un resumen de 5 minutos, o más bien, si el partido hubiera durado 5 minutos, a nadie le hubiera importado. Es el típico partido infumable que si no eres de uno de los equipos contrincantes no ves ni 10 minutos. Totalmente de acuerdo por lo visto con Manel, en que el equipo tiene capacidad de mejora, algunos jugadores parecía que tenían patas de palo en lugar de botas.
Ambos equipos hicieron sobresalientes méritos para ganarse un empate a cero que no pasará a la historia, más que por la vuelta de Manel a Miramar, o por ser el único partido del grupo en la jornada que terminó sin goles. Un punto para ambos que los sitúa en mitad de tabla tras una primera jornada en la que me impactaron los pinchazos de Avilés y Pontevedra en casa, y la victoria del Vilalbés en Oviedo. El próximo domingo a las 19 h, los picheleiros se estrenan en casa ante una recién ascendida Arandina que viene de ganar en su casa a otro recién ascendido como el Covadonga por dos tantos a uno. Para este partido espero cambios, no tanto por la nefasta imagen que repito achaco a cuestiones ajenas a los futbolistas, sino por la más probable disposición de Manu Barreiro para partir de inicio. En este sentido, me gustará ver el rol que ocuparán en este inicio de temporada Fer Beltrán y Caballé, suplentes ante el Marino y bastante titulares en muchas de vuestras apuestas. ¡Hasta la semana!!!
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