Tras una semana sin noticias, hoy se esperaba la llegada de su Ilustrísima para comenzar a trabajar en lo que será el Compostela 2022-2023. Aún sin aclarar si habrá o no cambios en el sillón o en la directiva, parece que la configuración del cuerpo técnico y plantilla seguirá su curso normal sin más zozobra. Como seguramente ya os habréis enterado, en los próximos 10 días debería conocerse el nombre del nuevo técnico de la SD, alguien que por lo que parece puede venir de fuera de Galicia, ¿Vasco tal vez?
Con la contratación del técnico, entrenador y director deportivo trabajarán en las renovaciones para determinar nuevos perfiles necesarios e ir contratando nuevas piezas. Hay que recordar que hasta un máximo de 8 jugadores tienen contrato en vigor en la actualidad, pero algunos como Pablito Durán se conoce que pueden salir a equipos de más nivel.
Valoración global de la dirección deportiva. Este año Casti apostó nuevamente por la fórmula que tan bien le salió años anteriores, plantilla corta y polivalente, buscando eso sí mejorar un banquillo que quedó corto la temporada pasada. Es cierto que esta temporada el equipo tuvo numerosas bajas a lo largo de la temporada, entre lesiones, COVID y sanciones, y que en varias ocasiones Rodri tuvo que ajustarse en exceso a la plantilla disponible, incluso incluyendo jugadores del filial, pero aun así creo que cumplió ese objetivo y la plantilla tuvo una profundidad adecuada. En cuanto al nivel, las salidas de Bicho, Brais, Soto y Miki se notaron y el nivel de los titulares bajó, quedando al final una plantilla con un nivel bastante similar, aunque inferior al de la temporada pasada, entre titulares y suplentes. Este año, ya con un formato de competición tradicional, hubo menos sobresaltos en este sentido, y aunque se empezó tarde no afectó nada al rendimiento esperado. Además, tanto los 5 cambios que vinieron para quedarse como las pausas para rehidratación, supusieron un alivio para los equipos en determinados encuentros. Sí pudo influir bastante la pretemporada. Todavía con restricciones, retrasada y algo acelerada, con escasos partidos de preparación, sí pudo tener algo que ver con el bajo tono físico del equipo, sobre todo en la segunda vuelta, y las numerosas lesiones que le sobrevinieron. Si enumero los condicionantes, me encuentro curiosamente casi con la misma lista que la temporada pasada. Salvo la falta de banquillo, se repiten las lesiones en determinadas posiciones, el cinturón presupuestario que exigía un planteamiento más conservador, y renovación el bloque de la campaña pasada. En este sentido, a Casti tampoco le salió bien la apuesta por la continuidad. La dificultad de transicionar por los cambios de ciclo es un riesgo que asumen los directores deportivos, pero la mayoría suele asumir el reto creyendo que será menos traumático. No hubo presupuesto para mejorar la plantilla en enero, ni tampoco se consideró conveniente prescindir de Rodri cuando este presentó la carta de dimisión, hechos que probablemente no condicionaran el resultado final, pero que son decisiones tomadas y consensuadas con sus consecuencias. Como siempre nunca sabremos que hubiera pasado si hubiera optado por la otra vía. Sea como sea queda de manifiesto el corte conservador de Casti con el que yo me encuentro cómodo, pero con el que creo que algunos no congenian, en la directiva tampoco.
Sinceramente, pienso que el equipo rindió por debajo de lo esperado. Más allá del resultado final, los condicionantes de la primera vuelta, y los condicionantes de la segunda, las capacidades demostradas por los jugadores de forma aislada y en determinadas fases de juego transmitían mejores sensaciones que la de los rivales. En una liga menos exigente que la de la temporada pasada, en la que ninguno de los equipos que logró entrar en playoff ascendió, creemos que había plantilla suficiente para alcanzar el objetivo propuesto. No siempre se acierta y no toda la culpa de lo sucedido es suya, por el contrario, la medallita de Pablo Durán se la merece. Buena ejecución a pesar de las limitaciones y la falta de acierto, un 6, lo que supone una pequeña bajada con respecto a la temporada pasada pero en la misma línea. Para esta temporada esperamos que priorice reestructurar un equipo estrellado, con un perfil de banquillo diferente a Rodri, y siempre ejecutando el plan con precisión quirúrgica.
Y me despido ya. A la espera de nuevas noticias que alimenten nuestra alma blanquiazul, hoy nos despedimos recordando nuestro ascenso a primera división en este su aniversario. ¡Hasta la semana!!!
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