Arbolada en Compostela (versión seria)

Seguramente lo que a todos nos pide el cuerpo sea hablar del próximo playoff de ascenso a segunda B, y disertar sobre todos los aspectos relevantes e irrelevantes para sumergirnos en fútbol, y reengancharnos de alguna manera a ese tan olvidado sentimiento. De hecho sería lo lógico una vez se han aprobado ya cruces, fechas y lugar. Las ventajas de descansar un día entre el primer y segundo encuentro, la idoneidad de Balaídos como campo para disputar esta fase de ascenso, las posibilidades de que se juegue con público, o cómo resistirá el campo el tute de tres partidos seguidos, son algunas de las cuestiones sobre las que nos encantaría debatir en estos instantes pero parece que en el fútbol de Compostela la tranquilidad y el sosiego hace tiempo que desaparecieron.

Hagamos memoria. Hasta que el Compostela irrumpe como claro dominador del fútbol en la comarca de Santiago, todo irradiaba la paz típica de la pobreza. Además, su meteórico ascenso favorece que todos aúnen esfuerzos y al igual que pasa con el Futsal o el Obra, durante años, se convierte en el incuestionable equipo de fútbol de la ciudad con el que el resto de equipos de toda la zona de Santiago colaboraban. Fruto de esta colaboración el Compos construye su cantera, una cantera que tiene su momento de máximo esplendor en la temporada 2001-2002, cuando el filial compostelanista logró alzarse con el campeonato del grupo I de la tercera división, y disputar el playoff de ascenso a segunda división B. Por aquel entonces, el Vista Alegre ya se había fusionado al Compos y, aunque no ascendió ni ese ni el año anterior, el filial dejaba muestras del potencial de la cantera del área de Compostela. Si bien el primer equipo ya estaba en declive, la cantera era una maquina bien engrasada que fabricó grandes nombres pero, como el primer equipo, se esfumó.

Es con la "desaparición" de la SD, cuándo comienzan a salir todos los carroñeros de debajo de las piedras para descuartizar el cadáver. Bajo distintas "escusas" disfrazadas de pureza y bendición divina, los buitres van en busca de los nichos de valor y sobre todo del capital humano para relanzar sus proyectos individuales en riesgo por la caída del patriarca. Es entonces cuándo Santiago y sus alrededores se convierten en un reino de taifas en lucha eterna por hacerse con una hegemonía ahora liberada. El Ciudad, el Santiago, el Grixoa, los clubes de cantera... todos luchando por recuperar un estatus futbolístico que con el paso de los años deberían entender que ya no es recuperable. Reconstruible sí recuperable no. El fútbol evoluciona, y los parámetros que llevaron al Compos de Caneda a tocar el cielo hoy casi con total seguridad ya no son válidos. Por no hablar de la realidad del aficionado local. Ni el Compostela de Primera División ni el Obra de ACB ni el Futsal de LNFS fueron capaces de llenar San Lázaro o Sar durante toda una temporada. Y eso que no son aforos inmensos. Viendo estos números, pensar que la comarca de Santiago puede sostener a varios clubes por deporte es no querer ver la realidad, y si no que se lo pregunten a Ciudad, Santiago y Grixoa.

Aunque siempre hay quién sigue empecinado en picar la roca. Esta semana saltaba la noticia de que el Estudiantil de Loimil y el Vista Alegre firmaban un convenio de filialidad. De este modo, los de Loimil abandonarían la Estrada para trasladarse a la capital, asumir la identidad del Vista Alegre, y convertirse en un club santiagués que la próxima campaña militará en tercera división.

Por partes. La directiva del equipo de Loimil lleva años obsesionada con asentarse en la tercera gallega, probablemente en busca de rédito económico. Primero les pareció bien afiliarse al Compostela para lograrlo, pero luego dieron marcha atrás al temer que supondría un techo para su crecimiento un descenso de los de Santiago. Desde entonces, pelearon en preferente con la misma intención a pesar de los movimientos directivos, hasta que al fin la justicia les otorga una plaza en la máxima categoría regional. Llegados aquí, un club sin estructura ni masa social sólo tiene dos opciones para asentarse a la categoría. La primera buscar capital. Descartada, el nombramiento de la nueva directiva nos dice que siguen más o menos los mismos cambiando los cargos, y e presupuesto con el que saldrán a competir... en fín, lo ratifica. La segunda, buscar masa social y estructura. Posible, sobre todo si tu objetivo está por encima de la identidad del club. Se van a probar suerte a la city, y tras varios intentos cual picaflor, el colaborador necesario le dio el sí quiero. Por su parte, el Vista Alegre, esa histórica cantera guiada por melancólicos del pasado, se encuentra con una oferta que reza... el primer equipo jugará en Santa Isabel en tercera división con tu nombre (cuando sea posible) y escudo, y además te doy una carrera deportiva para ofrecer a tu cantera. ¿Quién se negaría? No hay nada más que INTERÉS, ni dinero ni Canedas ni florituras, tan sólo una nueva idea para intentar picar una roca en la que muchos ya fracasaron antes.

Se juntan los débiles para hacerle frente al fuerte por sentimiento de identidad de club, pero lo único que consiguen es gastar recursos y debilitar el potencial de una comarca de Santiago que acaba exportando perlas a Vigo y Coruña.

Este es el mar en arbolada en el que el nuevo Compostela trata de navegar. Cuando todos reman en el mismo sentido, cuando todos los recursos se focalizan en un mismo objetivo, el barco avanza, cuando nos dedicamos a poner palos en los radios y luchar por nuestra cuenta, entonces todo se para. Patrocinios, aficionados, formación, instalaciones, hemos segmentado todo para que cada terruño tenga su cuota de poder.

Pero no está todo perdido, con tesón se puede doblegar la resistencia y devolver el lustro a lo derruido. Tras un duro fracaso al apostar por una política cortoplacista y suicida, la actual directiva de la SD está comprometida con un crecimiento responsable y una reconstrucción de la cantera como eje del futuro de la entidad. Deberá superar difíciles barreras emocionales, pero si se mantiene fiel a su política acabará lográndolo. Hasta la semana!!!