Con la entrada de Galicia en la Fase 2 de la desescalada hacia la nueva normalidad, los clubes de fútbol podrán volver a los entrenamientos para empezar a dejar un poco más atrás la pandemia. No obstante como ya adelantó su ilustrísima estos días, el Compos no volverá al verde del anexo a San Lázaro hasta el próximo 5 de junio, es decir, casi hasta Fase 3 teniendo en cuenta los buenos números que atesora la comunidad tanto de nuevos contagios como de fallecidos.
Este retraso voluntario, de inicio me asusta. No puedo dejar de pensar en las graves lesiones que están teniendo algunos profesionales a la vuelta al trabajo. El portero del Celta Sergio o el delantero colchonero Joao Felix, son sólo los primeros casos de un virus que puede convertirse en pandemia, por el mero deseo de arrancar cuanto antes al 100%, una Liga que a mi parecer dejará bastantes cadáveres por el camino, sólo por frenar el desangramiento económico que ha provocado el largo parón de las competiciones. En este sentido he de decir que me siento más en sintonía con la FIBA quién se está mostrando más cauto y consecuente.
Aunque bien es cierto por otro lado, que tengo fe ciega en el cuerpo técnico blanquiazul en cuestiones de preparación física. Ya no sólo porque Yago comenzara su carrera en los banquillos en este área, sino también porque el trabajo que le he visto realizar a Alex Otero las últimas temporadas es francamente muy bueno. El estado físico alcanzado por toda la plantilla de la SD en Abril siempre ha sido perfecto, logrando mantener la tensión competitiva durante el resto del campeonato aún teniendo que sortear las exigencias de arranques de liga cargados con competiciones coperas.
Definitivamente, no me preocupa el estado de forma de la plantilla de cara al posible fase de ascenso, y es más un temor irracional a la incertidumbre del juego la que me hace recelar del playoff. Y sí, no me equivoco al nuevamente insinuar que la fase de ascenso tal vez no se celebre. Barcelona, que presenta a 7 equipos a los playoffs, seguirá en Fase 1 sin poder entrenar, y como repunte, veremos cuánto tardan los equipos en poder competir. Además de las cuestiones epidemiológicas, es imposible no encontrar cada semana información que cuestione la viabilidad de dichas fases de ascenso.
He de reconocer que la semana pasada no comenté algo que me había resultado chocante en el documento aprobado por la RFEF. En este documento, en el que se establecía el sistema que regirían los ascensos en el fútbol no profesional, rezaba entre las muchas alusiones a la posible cancelación sanitaria una extraña mención a la circunstancia de que hubiera clubes que renunciasen a jugar el playoff. En aquel momento lo dejé pasar pensando que sería algo necesario y de relleno para cubrir todas las eventuales circunstancias. Dadas las discrepancias de algunos clubes con el sistema propuesto, podría darse el caso de que quisieran bloquear el proceso de este modo, pero no me parecía suficiente para darle tanta relevancia. Estaba convencido de que ningún club se liaría la manta a la cabeza y que por dar la joda se arriesgaran a no participar. Pero, realmente era así, ¿o efectivamente había un horror oculto que no aparecía en el texto y que podía condicionar la participación de los clubes? Tal y como dije la semana pasada, ¿cómo se hará frente a todos los costes derivados del desarrollo de los playoffs para garantizar al 100% la seguridad de los futbolistas?
Curiosamente, esta semana nos hemos enterado que el Sr. Rubiales adjunta a la petición de participación en los playoffs remitida a los clubes, un documento que imprescindiblemente debe ir firmado, y por el cual el club participante exime a la RFEF de cualquier problema que pueda surgir a nivel sanitario por motivos del COVID-19 durante el desarrollo de la fase de ascenso. ¿Estamos locos? No sólo la RFEF se lava las manos en un tema que es su responsabilidad y que ha generado ella escogiendo ascender de categoría equipos mediante playoffs, sino que además involucra a los clubes dejando a los futbolistas en una posición de vulnerabilidad absoluta en cuanto a su derecho a la salud. Flipante. Como no podía ser de otra manera, esto sí que ha hecho saltar a todos los involucrados y, desde el abuso que consideran clubes como el Compostela, hasta aclaraciones y reuniones urgentes solicitadas por los sindicatos de futbolistas, todos han denunciado el vilipendio de la RFEF. Desconozco si finalmente se disputará el playoff, pero lo que sí está dejando claro la gestión de la cancelación de las ligas no profesionales nacionales es la cara que esconde cada uno tras su careta.
Sinceramente creo que el fútbol no se merece esto. Al margen de la economía tanto de los países como de unos clubes que viven endeudados, al margen de contratos millonarios y relaciones laborales complicadas para poder jugar al fútbol no profesional, al margen de las ligas fantasy y de los conflictos políticos que ensucian partidos, ¿alguien piensa en el deporte y en los deportistas?, en ¿qué es bueno para ellos y no para un bolsillo o un sillón?
Francamente estoy muy decepcionado. Tanto, que me veo en la obligación moral de renunciar a disputar el final de las ligas fantasy en las que participo porque sencillamente no me parece justo. Resulta que los clubes profesionales tienen tanto dinero que pueden hacer todos los test que quieran y la Comunidad de Madrid sólo está cubriendo el 44% de los casos sospechosos por falta de recursos. Y esto es sólo un ejemplo, porque Cataluña está en un 23%. No pretendo iniciar aquí un debate político, el que tenga dinero que se lo gaste dónde quiera, pero tal vez, y sólo digo tal vez, deberíamos plantearnos si este es el modelo de sociedad en la que queremos vivir. Hasta la semana!!!
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