¡Mira que os lo dije!¡os avisé la semana pasada! y no me hicisteis caso... Como bien recordaréis todos, porque sois mucho de recordar, la semana pasada en mi post semanal llamado la tortuosa desaparición de la suerte renqueante os hablé de ese gran problema llamado fortuna que se estaba desvaneciendo semana tras semana, y os di unos útiles, necesarios y atenuantes consejos (¡ostras!¡acabo de usar la palabra atenuante en un post! Eso ni Reverte...) que resolviesen tal desorden insustancial (primero atenuante y ahora insustancial... Que me vayan haciendo un hueco en la Real Academia). Pero no me hicisteis caso, os fuisteis sin pensarlo, a lo loco... y pasó lo que pasó. Llegaron los atuneros carballinenses con una dosis especial de suerte para acabar con nuestra efímera ilusión y empatar el partido en el tiempo de descuento.
Porque no podían meter el gol en el minuto 86, o en el 89... Tenían que meterlo en el descuento, esos supuestos minutos de la desesperación en la que ambos equipos están al límite de la alegría o de la tristeza, esos malditos minutitos que muchas veces parecen horas. Y nos quedamos con cara de tontos, preguntándonos dónde está nuestra suerte. Volvemos a casa con un empate que pudo haber sido una importantísima victoria, tal vez el momento clave de el Tourmalet.
¿Y ahora qué? ¿vais a empezar a hacerme caso? Porque yo estoy aquí cada semana devanándome los sesos en busca de ideas lo suficientemente audaces para que nuestro estimado Compos encuentre su camino. A ver, hay que reconocer que el tema no es fácil, por una sencilla razón: El objetivo. Y vosotros os preguntaréis: "¿El objetivo?¿Qué objetivo?". Pues yo os lo explico, tranquilos, que no es bueno quedar con dudas, que provocan gases:
Antes de nada quería aclarar que no me estoy refiriendo al objetivo de la cámara que tienes guardado en el primer cajón del armario de tu habitación, el cual de vez en cuando abres y lo ves, ese maldito objetivo, pensando que algún día lo utilizarás para hacer fotos como todo un "pofesioná", pero realmente sabes que no lo vas a usar. Olvidemos el significado material y pensemos en el inmaterial, el objetivo que el Compos tiene esta temporada. Porque últimamente me he dado cuenta de que hay dos tipos de aficionados compostelanos que os comento a continuación:
1. Los que miran al trono: A lo mejor tu eres uno de ellos, ese aficionado que ve como objetivo principal conseguir el liderato y ganar la liga porque eres optimista. O a lo mejor es porque te has grabado un CD con la cancion de Queen We Are the Champions y estás deseando estrenarlo, a ver que tal suena. Si eres de este grupo, lo siento, el empate de este pasado Domingo no ha sido un buen resultado, la verdad pudimos ganar, una pena, pero todavía queda liga.
2. Los que buscan un sitio en el podio: O puede que pertenezcas a otro grupo, el de los que piensan que llegar a jugar el playoff de ascenso es premio más que suficiente, ya que, a diferencia del año pasado, este año la tercera tiene muchos pesos pesados como los ferrolanos. Si perteneces a este grupo ¡Felicidades!, has sacado un empate en un campo muy difícil, es un punto que te distancia más del Barco. Un buen resultado, que pudo ser mejor, pero a fin de cuentas buen resultado.
Finalmente, emulando a ese grupo de señoras que cuando paseabas por un pueblo salían a la ventana para hablar contigo, os pregunto: ¿E tí, de quen ves sendo?¿De los primeros o de los segundos?:
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