A ver, no nos precipitemos, no nos agobiemos, no nos enfademos... Hemos empatado únicamente un partido, y aún queda mucha liga. Es cierto que era un encuentro clave para subir peldaños, y que nos dejamos remontar un partido que teníamos prácticamente ganado. También es cierto que hay momentos en los que el equipo parece que se teletransportan a un submundo que les atonta y les deja dormidos, cómo si se olvidasen de jugar al fútbol. Pero,a fin de cuentas, tan sólo es un partido, uno importantísimo, pero un partido...¡Por Dios!¿A quién quiero engañar? Fue una pifia, como cuando te tiras un pedo en la primera cita, una de esas meteduras de pata que recordaremos más adelante.
En serio, ¿Qué nos ha pasado?¿Dónde diablos habéis dejado la suerte?¿Quién la ha perdido? Ayy esa cabesiña... Una hora estuve yo en el estadio que está junto al campo de entrenamiento Salapasidis buscándola tras el partido, pero no apareció. Así que, tras pensar intensamente tal situación, he llegado a una conclusión digna de interés, una de esas conclusiones que se pasean por tu cabeza repentinamente, cuando menos de lo esperas. Por lo tanto, he deducido que hay algo, llámalo equis, que absorbe la suerte de los equipos para llevársela directamente a los atuneros de Carballo, los cuales no tienen sitio suficiente en el pueblo para poder guardar tanta fortuna, tienen los armarios hasta arriba..
La verdad, no sé que es lo que hace este equipo para quitarnos la suerte al resto, tal vez antes de cada partido pasea por el campo de los otros equipos a un grupo de tuertos, incluso puede que se dediquen a romper espejos de todos los baños del campo (he de fijarme en los espejos del baño en el próximo partido). Pero algo tenemos que hacer, no podemos permitir que la señora fortuna se nos escape tan cruelmente así,de repente, cuando más felices éramos; algo hay que hacer. Deberíamos coger unas cuantas patas de conejo, lanzar sal por detrás del hombro en el descanso y poner nuestros tréboles de cuatro hojas en la portería. Y lo más importante, si en algún momento veis a un grupo de tuertos paseando por el estadio, ponedles unas gafas del chino, a ver si así la mala suerte se despista y no ve que les falta un ojo.
Pero lo más importante viene ahora, aqui mucho jiji y jaja, pero no nos paramos a pensar en el pedazo tourmalet que se planta frente a nuestro querido Compos. El calendario, que es así de caprichoso, quiso decidir que el Compostela jugase contra todos los pesos pesados del tirón, una semana tras otra, no vaya a ser que nos confiemos. Por eso os digo que el Paiosaco (ocasoiaP por si estás leyendo este post a través de un espejo) es el menor de nuestros problemas, eso ya se ha quedado atrás. Ahora es cuando nos tenemos que poner las armaduras y escoger nuestra mejor espada, porque la guerra está a punto de empezar. Así que, como decían Pajares y Esteso cuando entraban en una casa llena de suecas...¡A por todas!
Bienvenidos al maravilloso mundo de la fortuna extraviada.
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