Por si a alguien no le había quedado claro, yo quiero que el Compostela ascienda a primera división. Eso, y que además juegue un fútbol que me levante del asiento cada partido, que marque mínimo tres goles por partido, o cuatro, será por pedir, tener una plantilla de canteranos que sea la envidia de Europa luchando por todos los premios individuales posibles habidos y por haber, disponer de un filial en segunda B, tampoco hay que pedir demasiado, que luche por el ascenso a la categoría de plata, que el club sea autosuficiente y que además pertenezca a los socios, que el presidente sea una figura meramente comercial, y poder llevar en la camiseta la publicidad de una ONG. Además, quiero tener saldo infinito en la cuenta para cubrir mis necesidades básicas y gastarme el resto el erradicar el hambre, la enfermedad y las guerras del mundo. Eso sí, sin trabajar, que gestionar todo ese patrimonio ya es trabajo suficiente.
Lo lógico hubiera sido que hoy hiciera el repaso del mes una vez paralizada la competición por las fiestas Navideñas, pero me parece tan significativo lo acontecido en la última semana, que no puedo refrenar mis ansias de escribir sobre el tema. Sin ser capcioso, hilaré todo lo sucedido partiendo de la derrota en As Somozas, una derrota que ha sido mucho más dolorosa por las circunstancias que por la derrota en sí. Arrancamos...
El Compostela perdió el pasado domingo por tres tantos a uno a domicilio frente al Somozas. Tras once jornadas sin conocer la derrota, los de la capital no fueron quienes de continuar esa racha cayendo en la mediocridad. La racha no es importante al igual que tampoco lo es la entidad del rival o la dificultad de la competición este ejercicio, sólo importa que es una derrota que viene seguida de una serie de empates fuera de casa ante rivales de poca entidad según lo que dice la clasificación. De estar peleando por el liderato, ahora los de Santiago tienen que conformarse con luchar por entrar en un playoff aunque "si no se gana la liga ya ni nos planteamos ascender". Y es que "¿A donde pretendemos ir con esta plantilla? En vez de mejorarla nos dedicamos a seguir fichando chavales y jugadores de medio pelo". Aunque nada bueno se podía esperar de una directiva que es incapaz de firmar un patrocinador de Santiago con prestigio, y ha tenido que que ir a detrás de una empresa que intenta lavar su cara contaminada, "menuda falta de valores".
Ojiplático estoy. Desconozco que clase de ojos perciben una realidad tan terjiversada y retorcida en un mundo como el del fútbol moderno. Sigo viendo el mismo empecinamiento cortoplacista e inconscientemente suicida para alcanzar las metas parece que no tenemos ni memoria ni valoramos las consecuencias de nuestros actos. Este verano la dirección técnica del Compos intentó superar el difícil escollo de mantener el bloque. Para los que no lo sepan, tanto recién descendidos como aquellos equipos que despuntan y no logran ascender, son esquilmados por los ricos. Porque sí, esto es una cuestión de dinero. Aunque la dirección técnica hubiera deseado no tener tantas bajas, son las que tuvo y gracias a Dios que consiguió retener a Álex Ares. Es posible rehacer un equipo y que dé el mismo rendimiento pero pretender que no se vea afectado por el nivel de los demás es absurdo. Por cierto, lo de rehacer el equipo también es una cuestión de dinero. Y sí, hablo de dinero porque parece que nadie se ha dado cuenta de que el Compostela no está entre los presupuestos más altos de la categoría, no lo está este año ni lo estuvo el año pasado. Y aunque a muchos les parezca que ganar una liga con un presupuesto apañadito es fácil, les tengo que despertar diciendo que no es que sea fácil o difícil, es que es improbable. Y es improbable porque los equipos ricos no suelen fallar dos temporadas seguidas. Nada tiene que ver esta temporada con la anterior en cuanto al nivel de los equipos, no se pierden "más" puntos porque se sea peor que la temporada pasada sino porque el nivel medio de los demás es mejor. Y por eso hay que volver a hablar de dinero, ese dinero que ponen los patrocinadores cuando en el club no hay quien lo ponga. Todas las empresas patrocinadoras invierten dinero en clubs deportivos en dos conceptos acciones de marketing publicitario o acciones sociales. Estas últimas las hacen aquellas empresas que por ley tienen que reinvertir parte de sus beneficios en la sociedad, todos los patrocinadores contaminantes están este grupo (Reganosa, Sogama... ). No querer ver que para competir en igualdad de condiciones también hay que competir económicamente, es de necios. Y creer que se puede ascender sin dinero es simplemente de soñadores. Hasta la semana!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario