Comentaba allá por octubre lo difícil que era para un aficionado sobrellevar las temporadas de transición. Una vez terminada la primera vuelta, ya empiezo a estar un poquito cansado, y no por mí, sino por los agentes externos que están interviniendo. Es muy complicado mantener la fe en un proyecto y desbordar ilusión cuando tu club se dedica a boicotearlas.
La fe se alimenta de la coherencia y la satisfacción del juego y la ilusión de luchar hasta el final de temporada por un objetivo. Aunque las temporadas de transición no tienen objetivos clasificatorios ambiciosos, nos autoimponemos nuestro propio objetivo, y de este modo compensamos el lastre que provocan este tipo de temporadas sobre nuestra ilusión.
Al término de 2016, el equipo no terminaba de arrancar pero parecía que podía optar a puestos de playoff con la incorporación de Recoba y con unas semanas más de rodaje. La pérdida de Julián no había minado mucho nuestra moral y la buena imagen dada en la primera mitad frente al Pontevedra el día 30, alimentó nuestra fe de cara a la segunda vuelta. Pero como campadas de fin de año las bajas comenzaron a anunciarse y las dudas aparecieron. De la oportunidad y el reto que suponía el más que interesante derbi contra el Fabril pasamos a la decepcionante realidad.
Lo del partido del domingo frente al Deportivo B no tiene palabras. De hecho, @FerSDC91 y @GuiMa1991 comentaban tras el partido que no sabían que poner en sus crónicas. Les entiendo, la verdad es que había muy poco que decir, tan sólo un “esto es lo que hay”. Estoy de acuerdo con Yago en que los primeros 15 minutos nos lastraron mucho y que el equipo no dejó de intentarlo hasta el minuto 90, pero esto no explica todo lo sucedido. Tras el 5-1 de la ida, los jugadores deberían haber entrado enchufadísimos y entraron desconcentrados. Por primera vez no he visto soluciones tácticas al partido planteado por el rival en ninguna de las fases del encuentro. Es cierto que la lesión de Diego puede trastocar los planes, y que la entrada de Nogue nos imprimió carácter, pero lo que le hacía falta al equipo para remontar no estaba en el banquillo. El equipo tiró una sola vez a puerta y fue incapaz de superar a la defensa deportivista. No sólo fuimos incapaces de contrarrestar el juego del Fabril, además, la rapidez que imprimían al balón sorteaba nuestra presión y nos dejaba sin nuestra única arma, la posesión. Muchos detalles que muestran lo merecido de la derrota contra un candidato al ascenso que nos superó claramente tanto física como técnica y tácticamente.
Y “esto es lo que hay” porque el bolsillo de su ilustrísima así lo ha querido. Decía antes de irnos de vacaciones que la directiva debía decidir qué camino escoger, intentar ilusionar o guardar la ropa. Pues bien, los acontecimientos empiezan a hablar por si solos, no será ilusión lo que nos traigan los Reyes Magos, más bien un tostón hasta final de temporada. Queda evidenciado que las bajas de Juan Rey, Julián, Manu Cedrón, Alberto y Mitogo tardarán en cubrirse si se cubren. Salvo el regalo Recoba, un portero que ya está aquí para competir con Lucas y posiblemente un defensa polivalente que ofrezca alternativas defensivas, poco espero. Y eso que Yago pide un jugador importante de tres cuartos de campo para arriba para cubrir la baja de Mitogo. Pero escondido tras la viabilidad económica, y aprovechando la escasez de alternativas en el mercado de invierno, su ilustrísima continuará haciendo caja y minimizando costes.
Como alternativa a todo esto os ofrezco practicar la autocomplacencia. Deciros a vosotros mismos que lo del domingo sólo fue un muy mal partido contra un rival superior y que el objetivo es formar un equipo, pero no esperéis grandes logros deportivos de aquí a final de temporada.
Como alternativa a todo esto os ofrezco practicar la autocomplacencia. Deciros a vosotros mismos que lo del domingo sólo fue un muy mal partido contra un rival superior y que el objetivo es formar un equipo, pero no esperéis grandes logros deportivos de aquí a final de temporada.
No quiero despedirme sin antes dar la bienvenida a nuestro nuevo arquero, Lorenzo, que regresa a San Lázaro. Este Padronés de 25 años y 187cm llega procedente del Alondras con el que desde la jornada 8 no disfruta de minutos. Lorenzo no tendrá muchos problemas en integrarse en el grupo ya que conoce de otras temporadas a alguno de sus nuevos compañeros. En la temporada que estuvo en Santiago, la 2013/2014, coincidió con Lucas, Diego Rey, Santi Taboada e incluso Ander, y en la temporada 2014/2015 compartió el vestuario de Barraña con Cardeñosa.
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