¡Por Dios!¡Dónde está Songoku cuando más se le necesita! No,
que va, no os asustéis, no me he vuelto loco (o si....muahahahahaha! que va, tranquilos, yo ya nací loco, me vino de
serie). Lo que pasa es que en el partido del pasado domingo contra el SD Ordes
volví a ver a la temible nube Kinton, ese maldito nubarrón que provoca la mala
visión de nuestros jugadores, lo suficiente para que no vean claramente la
portería.
Supongo que más de uno se preguntará que diablos es esa nube
que tantos problemas nos da. Pues yo os lo explico: La nube kinton era el
transporte que utilizaba Songoku para ir de un lado a otro del planeta. Con tan
sólo gritar ¡Nube Kinton! La nube se plantaba frente a su amo veloz cual
gacela (este detalle es importante para entender lo que viene un par de
párrafos más tarde). La pobre nube era un ser vivo, y tenía que ser controlada;
así que yo creo que se le debió escapar al chaval; y claro, de todos los
lugares del mundo, tuvo que parar en Santiago (aunque de vez en cuando se da un paseo por ferrol....).
Todo esto surge porque lo que vi en este último partido me
recordó al año pasado…¡Sí, al año pasado! Esos temibles momentos en los que no
metíamos gol ni en el mundo del Pequeño Pony (que estaba lleno de arco iris).
¿Os acordáis de la pasada temporada? Si es que la nube se plantaba frente a jugadores como Orbegozo o el “nene”
Goti para que la maldita pelotita no entrase en la portería. Con el aceitunero lo hacía
al principio, luego se dio cuenta de que no hacía falta, el jugador en sí ya
era malo.
Y, claro, esta
temible vuelta no podía ser; aquí algo fallaba; así que al llegar a casa, tras
unos segundos en el baño (que tenía muchas ganas….) y un bocadillo de chopped con anchoas (sino me gustan las anchoas...¿porqué diablos las tengo en la nevera?), me pasé la noche en vela
investigando al respecto (en vela porque se me había fundido la bombilla).
Y, tras horas y horas peleándome con toda la información, vi
en una foto del estadio Salapasidis (¿no os acordáis que ya os había dicho hace
2 posts que a partir de ahora le iba a llama así?) esa peligrosa nube amarilla ondeando
por el estadio, al acecho, dispuesta a “trolearnos”. ¡Ahí estaba!¡Era la nube Kinton! La muy jodía (¿Puedo decir jodía?¿El gobierno no aprobó ninguna ley en
la que esté prohibido decir tacos? Es que algo “meme” suena…) espera
pacientemente a que nuestros delanteros se acerquen a la portería para
plantarse frente a ellos, provocándoles un fuerte mareo y haciéndoles olvidar la
palabra “gol”.
¿Y ahora qué? Algo tenemos que hacer, no les vamos a dejar
ahí sufriendo… Una de las soluciones más absurdas que se me ocurrieron es que
soplemos todos al mismo tiempo para impedirle alcanzar su objetivo al vehículo
de Songoku (si al lobo le funcionó con los cerditos, ¿Porqué no a nosotros?).
Pero para conseguirlo tendríamos que soplar lo suficiente como para hinchar 5
globos; igual alguno se desmaya…
Así que, visto lo visto, he decidido escribir este post para
hacer un llamamiento al héroe japonés que tanto participó en mi infancia:
Songoku. Tan sólo le pido que aparezca un día para llevársela, que no queremos
sufrir otra vez la misma sequía goleadora.
Tranquilos... no os preocupéis, que tengo un Plan B. Puede que Songoku esté un
poco ocupado ahora para venirse, creo que Freezer volvió a resucitar por décima
vez… Así que se me ocurrió que, cuando uno de nuestros delanteros se acerque al
área, todos gritemos ¡Nube Kinton! A ver si la condenada nos hace caso y se
aparta un rato.
Por lo tanto, estimados asiduos del Estadio Salapasidis, ya
sabéis; a partir de ahora, tenemos que domar a esa maldita nube “jodona” que nos
está dejando más secos que unos calzoncillos después de una sesión de 50
minutos en una secadora (que no segadora…). Con esfuerzo y mucha paciencia,
veremos que nuestros jugadores van a recuperar la claridad y lo goles
aparecerán. ¡Di no a la nube Kinton! ¡Tu puedes!
Bienvenidos al maravilloso mundo de las nubes jodías (con el
permiso del gobierno).
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