¡Pues nada! pues aquí seguimos alegres y contentos, ya que otra semana más se siguen fortaleciendo los asentamientos de este muro compostelano que va aguantando y generando una ilusión que muy pocas se puede llegar a controlar. Las victorias siguen apareciendo (afortunadamente) y la sonrisa de la afición compostelana resplandece cual luciérnaga en una noche sin estrellas. Estamos que no lo creemos, las cosas funcionan y uno no se lo acaba de creer porque no está acostumbrado. En resumen ¡estamos que lo petamos! Mucha gente dirá lo que quiera, pero yo os puedo decir que nos merecíamos una alegría así, que ya son demasiados disgustos en nuestro estimado planeta Compos. Las cosas por fin comienzan a ir bien y da gusto ver al equipo jugar un partido porque, pase lo que pase en el resultado, uno se va contento por el esfuerzo de los jugadores.
Eso sí, estimados y estimadas, tras leer varios comentarios compostelanos en los pasados días tengo que sentarme y ponerme serie, ya que he de volver a recordaros mi clásico "no nos emocionemos", porque aunque ahora estamos "que lo petamos" y las cosas comiencen a calibrar, en cualquier momento en nuestra nube surge un inesperado agujero y ¡PAF! volvemos a ese terreno pantanoso que tan bien conocemos. Ojo, con este comentario no digo que no haya que disfrutar de éste nuestro dulce momento, pero no está de más de vez en cuando poner los pies en el suelo para recordar el pasado que tantos malos momentos nos hizo pasar. ¿Os acordáis de esa frase tan clásica que de adolescentes decíamos delante de las chicas/chicos/chiques para parecer más interesantes? Esa que está más vista que un capítulo del equipo A que decía: "Si lloras porque no puedes ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas", pues yo la voy a retocar un poquito y la voy a convertir en un consejo compostelano: "Si sonrías por ver ganar al Compos, las carcajadas no te van a dejar escuchar la tremenda ostia que te vas a pegar cuando caigas de la nube y veas de nuevo la realidad". A ver, si os soy sincero, parecer no se parecen en nada, pero vamos, lo importante es que se entienda lo que quiero decir. Por ahora lo que tenemos que ir haciendo es colocar más ladrillos que fortalezcan cada vez más este muro compostelano que poco a poco se va convirtiendo en el sueño de Trump. Esperemos que en el futuro ningún equipo encuentre algún agujero y se acabe colando en territorio compostelano, que después son todo lloros y quejas, y de eso ya tuvimos de sobra.
Bueno, y aquí me despido, no sin antes recordaros que llevamos 16 jornadas de liga y todavía no hemos visto a Allyson jugar más de 10 minutos. Esperemos que la siguiente sea la definitiva. ¡hasta luego gente!
Bienvenidos al maravilloso mundo del crecimiento compostelano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario