Pues nada... que decir... y que no decir. Las cosas parece que no van bien por nuestro estimado planeta compos. Jugadores que "pasan" de todo, el entrenador no se ve capacitado para llevar adelante este proyecto... ¡todo ésto es un sinDios! La verdad, da la sensación de que todo el mundo está esperando que acabe la temporada para volver a empezar un nuevo proyecto (y veremos qué nuevo proyecto, porque ahora mismo todo está en el aire...) El problema es que toda esta profunda mierda que se está acumulando poco a poco en nuestro estimado club genera que la afición no confíe en el equipo y esa desconfianza provoca una falta de interés, lo que conlleva a menos gente en el campo, menos ingresos y un montón de puntos negativos que nos llevan al descalabro total ¿Y ahora qué diablos hacemos? porque está genial criticar, no os digo que no, te quedas muy a gusto. Poner a parir a todos y cada uno de los jugadores, al míster o al ilustrísimo según mucha gente es necesario. Pero ¿no créeis que van siendo horas de pensar en cómo pueden solucionar esto en lugar de decir lo mal que va todo? A ver, que ya sabemos que todo va mal, no hace falta que nos lo recordéis todos los días...
Para entender mejor la apatía y falta de interés que noto en nuestra estimada SD Compostela os voy a llevar al pasado, especialmente a vuestra infancia, esa época en la que la única preocupación era conseguir que nuestros padres nos comprasen un Burmar Flax (sí, se escribe así que lo busqué en Google) o conseguir ese juguete que tenía nuestro hermano o hermana mayor porque molaba más que el nuestro (mi hermano tenía un puño de Mazinger Z ¡lo que me molaba ese puño!¡eso sí era un juguete!). En esa época si había algo que solíamos hacer a menudo era jugar; ¡cómo nos gustaba jugar! Pasarte el día correteando de un lado a otro sin preocuparte de más historias. Pero claro, no todo iba a ser bueno, porque había casos en que la gente quería jugar a cosas que a ti no te gustaban y, por más que te quejases, tenías que hacer una negociación, es decir, jugarías al juego que no te gustaba con la condición de que después se jugase al que tu querías. Pues eso, estimadas y estimados, es exactamente lo que pasa en nuestro territorio Compos (a ver, exactamente no, pero algo se parece...). El juego que no nos gustaba es lo que queda de temporada y el momento en el que se va a jugar al juego que nos gusta es la siguiente temporada. Por eso yo, sinceramente, no me esperaría mucho de lo que queda de liga, porque los jugadores no se van a matar y el equipo seguirá dirigiéndolo alguien que reconoció no poder manejar el equipo.
Ya os digo yo, estimados y estimadas, que la solución no es nada fácil, pero no vendría nada mal un poquito de empatía del club, una muestra de interés del equipo y una carga de adrenalina que procure sacar adelante lo que queda de curso. Que las palabras de apoyo son muy bonitas pero al final hay que demostrar todo eso en el campo... Si a pesar de todo seguimos con esa mala dinámica no conseguimos que el equipo mejore, siempre puede ponerse en contacto el club con nosotros y mandamos a #BokoCotón como segundo de Rodri para que le eche una mano (eso sí que me gustaría verlo...) Así que ya sabéis, menos llorar y más ayudar!!
Bienvenidos al maravilloso mundo de la guerra compostelana
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