Todos estamos de acuerdo en que las cosas no podían comenzar mejor. Nuestro estimado Compos ganó los dos primeras jornadas con muy buenos resultados, teniendo nada más y nada menos que 7 golitos a favor, un comodín que seguramente acabará siendo muy importante en las últimas jornadas. Todo es superguay, somos superfelices y comemos superperdices, pero la duda que me corroe a estas alturas es: ¿Y ahora qué?¿Soy optimista o pesimista? Porque en los cambios de tiempo todavía notas esas cicatrices que nos ha dejado el Compos en los últimos años, y ésto todavía acaba de empezar. A ver si vamos a creer que por ganar dos partidos vamos a ser aquí los reyes del mambo, que aún quedan muchas leches por el camino. Podemos ver ese trono del liderazgo a lo lejos,pero todavía no llegamos a tocarlo. Así que, estimados y estimada he de deciros ¡No lo flipéis mucho! (Esto de fliparlo se sigue diciendo ¿no?, a ver si ya va a estar pasado de moda y yo aquí hablando por hablar)
Pero a pesar de todo ésto, no dudéis en aprovechar esta semana para sacar pecho y decir que nuestro querido Compos ha conseguido que volvamos a ilusionarnos aunque sea un poquito (pero no demasiado, así que si ahora mismo estáis en una nube, id poniendo una buena colchoneta debajo, no vayamos a tener un disgusto). Hoy para hablar de nuestra última victoria voy a utilizar el concepto taoísta del yin y el yang, ya que me he quedado con dos aspectos importantes, uno positivo y otro negativo. Evidentemente, éstos dos detalles no son los únicos, porque existen muchos más aspectos positivos y negativos del partido. Pero yo os voy a contar las dos que más me han llamado la atención, que no estoy aquí para contaros mi vida y uno tiene cosas que hacer.
Yang: El martillo pilón
Puede que algunos de vosotros no sepáis lo que es eso del martillo pilón, pues tranquilos que yo os lo explico. Antiguamente había un dicho muy común que solía utilizar mi madre cuando yo era un niño y no paraba de tocarle las narices una y otra vez, algo así como:"Eres peor que un martillo pilón", como referencia a una máquina clásica que golpea una y otra vez continuamente durante horas. Pues sí, estimados y estimadas, yo era un niño muy pesado, y ese dicho era el que utilizaba mi madre para referirse a mi. Y tras esta explicación os preguntaréis ¿Y qué tiene que ver esta estupidez del martillo pilón con nuestro querido Compos? Pues muy sencillo, El Compos hace exactamente lo mismo, desde el minuto 1 del partido estuvo una y otra vez atacando la portería contraria, sin descanso, lanzando balones arriba sin parar, hasta que por fin llegaron los goles que tarde o temprano acabarían apareciendo. Este es un detalle que me ha gustado mucho, la insistencia, el continuo avasallamiento al equipo contrario que practicamos desde el pitido inicial del partido. Somos un martillo pilón que te cagas, tenemos cuerda para rato.
Yin: El Referente
Ojalá me equivoque y el Compos consiga hacerme tragar estas palabras, o tal vez existan alternativas que desconozco, pero si hay algo que echo en falta en este equipo es un referente arriba, un buen nueve rematador, nuestro Aythami/Primo particular. Ya sé que este año atacamos de un modo diferente, y dejamos atrás ese estilo ofensivo, pero no estaría de más tener un jugador de esas características porque así tendríamos la opción de cambiar el sistema cuando lo viésemos necesario. Un delantero centro de ese estilo no estaría de más, tal vez pueda en ciertos momentos sacarnos de muchos apuros. Pero no me preocupa demasiado, porque en el Compos está la gente que sabe de fútbol y ellos sabrán mejor que yo como evitar este aspecto.
Y hasta aquí el Yin y el Yang del último partido compostelano. Seguramente muchos de vosotros habréis visto otros detalles, pero para gustos colores. ¡Con Dios!
Bienvenidos al maravilloso mundo del taoísmo compostelano.
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