
El lunes ya fue un día mucho más visceral, de los de comerte las uñas esperando un resultado. A las 17.30 las bolitas rojas de los campeones de tercera entraron en el bombo (copa en este caso), con el nombre de la SD Compostela entre varios buenos desplazamientos asequibles y algún coco que más de uno no quería ver ni en pintura. Los Gimnástica de Torrelavega, Oviedo B, Calahorra, Multivera, Don Benito y demás iban saliendo y cada vez parecía más evidente que nos iba a tocar el gordo. Y ahí salió, SD Compostela. Primer partido en casa el día 20 y primera noticia que no me chistaba, aunque sabía que el factor campo es menos importante que el rival y tenía esperanzas en que el apóstol echara un cabo. Redoble de tambores y... RCD Espanyol B. La chochona, el perrito piloto, la cubertería, la PS4 y cuatro docenas de números para el sorteo del coche. Gracias (emoticono de "hubiera preferido pillarme los dedos con la tapa del piano"). Pero como dijo @toncholeto, nadie dijo que ascender fuera a ser fácil.

Y todos estos hechos se pueden quedar en meras anécdotas si los señores del fútbol deciden que ellos son las estrellas de este deporte. Estoy de acuerdo con que el fútbol no profesional necesita una reestructuración, también defiendo a la FGF como adalid de dicha lucha y al Peña Sport como único equipo que mostró sus dudas al modelo propuesto, pero el esperpento que se produjo la semana pasada en San Sebastián estuvo a la altura de los que nos gobiernan. Lo de la falta de rigor en este país ya no me sorprende, que los equipos con dinero manejen a los pequeños tampoco, pero que a todos los presentes, salvo a un par de "locos" entre ellos el mencionado presidente del Peña Sport, les pareciera una buena idea me deja ojiplático.
Evidentemente, la estructura del fútbol español adolece de una base muy ancha y poca altura. Pasar de 18 grupos de tercera a cuatro de segunda B y luego a uno de segunda, es un auténtico cuello de botella que retiene a muchos equipos sin recursos en una categoría costosa como se ha demostrado que es la segunda B. Además, el descenso es una losa muy grande que puede llevar a un equipo a la quiebra. El fútbol no profesional debe no sólo estilizar su estructura, sino hacer que esta sea viable para los clubes que la conforman. ¿Qué proponen los sabios de la federación? En esta posible futura estructura tendríamos los mismos 18 grupos de tercera (serie 2) que pasarían a 6 (tercera serie 1) que luego pasarían a 3 (segunda B serie 2) y que luego pasarían a 1 (segunda B serie 1), ultimo eslabón antes del fútbol profesional (Segunda A y Primera). Sobre el papel se ve una estructura coherente pero esto hay que llevarlo a la realidad, y la realidad es la de Don Dinero. Como muy bien preguntó el presidente del Peña Sport, ¿y esta nueva estructura viene acompañada de nuevas partidas económicas? Como a él no le contestaron yéndose por los cerros de Úbeda os contesto yo. Evidentemente no, ya que en sí, no se crean categorías nuevas sino series dentro de una misma categoría. Es posible que las series 1 reciban más ingresos que las series 2 pero las partidas para segunda B y tercera serán similares a las actuales. Pero, ¿realmente aumentarán los costes? Que las series 1 cambien de facto su ámbito de actuación, es decir, que la serie 1 de tercera pase de ser una categoría uniregional a una conformada por tres regiones, y que la serie 1 de la segunda B pase de ser una categoría pluriregional a ser una categoría nacional, supondrá sí o sí un aumento de los costes de desplazamientos agravando el problema de la sostenibilidad. Entonces, ¿beneficiará esto a alguien? Sí claro, siempre hay quien pesca en río revuelto. Con menos competencia tanto deportiva como económica las élites del fútbol lo tendrán más fácil para mantener sus poltronas, o ¿acaso creéis que es casualidad que una vez más se pierda la oportunidad de separar a los filiales del fútbol no profesional?
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