Contentos estaréis, queridos compostelanianos, que ya no nos para ni el espíritu santo. Seguimos con la racha rachera que nos acompaña y no perdemos ni los partidos más difíciles; porque estamos abonados a eso de ganar, algo a lo que no estábamos muy acostumbrados últimamente. Si es que somos una apisonadora, un huracán, la tormenta perfecta, somos la leche, de esa pasteurizada y remasterizada.
Pero aunque no os lo creáis, esto no es lo más importante de la semana. Hay algo que ha ocurrido el pasado domingo que supera con creces la noticia de nuestra brillante victoria. Y vosotros estaréis pensando, ¿Qué es lo suficientemente importante para que dicha noticia me llame más la atención que la victoria de mi afamado equipo? Pues nada más y nada menos que una duda que me corroe, algo que me viene rondando por la cabeza hora tras hora, minutos tras minutos, segundo tras segundo. Bueno, ya está bien de preámbulos, hablemos de la noticia de una vez.
Pues resulta que uno de esos informadores en la sombra que ayudan a este blog el pasado domingo me ha enviado un tweet, único, asombroso, de esos que te hacen llorar tan sólo con las dos primeras frases. Así que antes de leerlo, tened a mano un paquete de kleenex, porque es casi imposible que no os emocionéis al leerlo:
¿Os lo dije o no os lo dije? Si es que es increíble la cantidad de sentimientos que florecen en unas pocas palabras, si es que, no tengo palabras, de verdad, todavía estoy viviendo esa emoción descontrolada. ¡Si es que el mismísimo aceitunero ha pedido disculpas a la afición y directiva por la decisión tomada! Fijaos si es sincera la disculpa que lo hace tan creíble, es como si no debiese ninguna disculpa a ninguna otra afición, es tan transparente, cristalino…. Pero es que ahí no acaba todo, que va, además tenemos la suerte de leer una de esas frases sabias que se pueden poner en Facebook para que la gente vea lo guay que eres, vamos que lo llega a firmar Paulo Coelho y te lo crees: ”hay vida después de la corta duración del fútbol”. Increíble, es inaudito que la experiencia del aceitunero nos diga que después del fútbol hay todavía vida, yo es que nunca quise ser futbolista porque pensaba que cuando se retiraban su vida se había terminado para siempre, pero gracias a estas sabias palabras, ya me quedo más tranquilo, que confundido estaba… Nótese en la frase que el protagonista destaca la duración, ya que nos avisa de que es corta.
Pero vamos, hay un detalle en este texto que me llamó muchísimo la atención, y es eso de “seguir mi carrera universitaria”. Por todos los santos, quien iba a decir que el aceitunero estudia… ¿Y cual será la carrera que estudiará? Pues a mi se me han ocurrido varias opciones:
Filosofía: Puede ser que el aceitunero haya decidiese estudiar filosofía, así podría entender mucho mejor el porqué de las disculpas, y la viabilidad de éstas. O incluso podría intentar estudiar el yo interior para darse cuenta de que la forma de ser de una persona influye a lo largo de su vida. O simplemente un día entró en la universidad preguntando:”¿está Sofía?” y la recepcionista, que está medio sorda entendió."¿Que quieres estudiar filosofía? Pues no se hable más". Y ahí acabó…
Filología Hispánica: Sin duda, estoy seguro que esta es la carrera que ha decidido estudiar nuestro amigo el aceitunero. Porque si comparamos el tweet aquel que os comenté en el malentendido aceitunero con el del pasado domingo, se puede observar que las frases están mejor elaboradas, ya llega incluso a utilizar palabras complejas y se atreve a enseñarnos cosas con frases sabias. El tema de los puntos y las comas todavía no lo controla muy bien, la verdad; pero vamos, el pobre acaba de empezar, tampoco vamos a pedirle tanto conocimiento. Además, seguro que en filología hispánica le pueden explicar que hay un signo de admiración para abrir y otro para cerrar, que lo de usar sólo el símbolo de cerrar es en inglés.
Bueno, me imagino que habréis comprendido que está noticia es mucho más importante que la de nuestra octava victoria, no cabe la menor duda. Pero aún así, ganar también mola, y mucho.
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