Si existe una palabra que pueda describir lo que sintió el aficionado del Compostela tras el partido frente al Alavés, esa es orgullo. Más allá de haber competido el encuentro hasta el último segundo haciendo frente a un equipo de primera división, más allá de haber sido superior sobre el verde a los vascos, y no importando el resultado, previsible por otra parte, lo que realmente llenó de satisfacción y admiración al aficionado blanquiazul, fue volver a sentir ambiente de fútbol de verdad otra vez. Ver ese estadio nuevamente rebosante de público nos llevó a otras épocas, a aquellos momentos de conexión mágica con el club ya perdidos en el olvido. Y es que todos somos conscientes del efecto llamada que equipos como Real Madrid, Barcelona, o incluso Celta provocan en nuestro entorno, pero el hecho de ser capaces de congregar tal masa de aficionados frente a un equipo como el Alavés no hace otra cosa más que ratificar lo que para muchos es un hecho, y es lo vivo que está este club, el verdadero potencial social que tiene. Los más "habituales" somos conscientes de que ante el Coruxo el domingo volveremos a estar los mismos en el Vero Boquete, que habrá miles de escusas para no ir, pero, aún así, haber visto esa demostración de músculo, de arraigo en la comunidad, de apoyo a la llamada del club, nos llena de orgullo y nos da alas para seguir tirando del club ahora que tan pocos creen en él. No es tiempo de reprochar, es momento de agradecer el esfuerzo a todos los compostelanistas que ya bien desde el campo, ya bien desde la distancia apoyaron a la SD en el partido histórico de Copa del Rey frente al Alavés.
Y ya que mencionamos el buen partido de los nuestros, no voy a dejar pasar la oportunidad de comentar ciertos detalles. El primero sin ninguna duda fue el compromiso y trabajo del equipo. Lo tengo que decir, jugando así en segunda RFEF no ocuparíamos esa posición en la tabla clasificatoria. El segundo el excelso partido de Fer Cano, una auténtica barbaridad que demuestra que para jugar en primera división no sólo hace falta ser bueno. El tercero el examen con nota de Kike. A pesar del gol en propia, a este canterano sin apenas experiencia le tocó pelearse con jugadores de la talla de Villalibre o la experiencia de Kike García, demostrando que es un jugador con potencial a pesar de su juventud. El cuarto es la consagración del sistema, totalmente válido independientemente del nivel del rival, sólo necesitaba tiempo y rodaje. Y finalmente el quinto, Soto. Es el único partido de toda la temporada en el que realmente ha mostrado un nivel que sólo vimos con Yago Iglesias, espectacular. Toca ahora a las partes analizar las razones. Falta de motivación, tiempo de ajuste al sistema, seguridad en uno mismo. De verdad, ni jugador ni club deberían dejar pasar un tren que devolvería al jugador a su mejor momento.
Y me despido ya que llego tarde. El domingo, el Compos volverá a la realidad de la liga doméstica recibiendo a un Coruxo que le saca 3 puntos. Una nueva victoria en casa de los de Permuy podría comenzar a aclarar el camino hacia cotas más altas de la clasificación, pudiendo incluso dejar atrás los puestos de descenso. ¡Hasta la semana!!!
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