¡Ya estamos aquí de nuevo! Otro año más la versión chorras ha decidido acompañar a este "indefinido" Compos que se prepara por un incierto camino lleno de piedras y baches dispuestos a tocar las narices lo máximo posible. Pero no pensemos en ello y quedémonos con que ya estamos aquí...otra vez. Un año más nuestra estimada SD Compostela se enfrenta a un suculento destino que se antoja muy caprichoso. ¿Qué pasará en esta nueva temporada?¿conseguirá carburar el equipo?¿los nuevos fichajes rendirán lo que se les exige?¿cambiarán por fin el nombre del San Lázaro 2 por Campo de entrenamiento Salapasidis? Todo ello son incógnitas de las que todavía no tenemos ninguna respuesta.
Esta semana se ha puesto de moda en el planeta Compos una palabra que suele mostrarse en referencia al último partido. Estamos hablando, como no, de "paciencia". La liga acaba de empezar y queda muchíiisima Liga por delante. Tal vez llegue un día en el que los planetas de alineen y nuestro equipo comience a jugar al fútbol...o quizás no... Vete tu a saber, que esto de los planetas es un tema muy complicado y a estas alturas del día no estoy yo para meterme en estos líos.
Dejando de lado la eterna batalla entre barriguistas y jotistas, vamos a lo que realmente importa, el fútbol. Porque a pesar de que lo de este verano fue un auténtico desastre lleno de sinsentidos que perjudicó considerablemente al equipo aquí lo importante es lo que se demuestra en el terreno de juego. ¿Y qué es lo que hicimos en los terrenos de juego? Pues poca cosa, la verdad. Nuestro estimado Compos se llevó un jarrazo de agua fría y volvió a recordar el sabor de la amarga derrota, esa que últimamente se ha puesto a nuestro lado y no se despega ni con aguarrás. Pero tranquilidad, recordad que nos pidieron "paciencia", calma, mucha calma, no vaya a ser que la gente empiece a despotricar a lo loco y el equip pierda la ilusión.
Es cierto que todavía es muy pronto para valorar este equipo y nuestros gloriosos guerreros, pero muchos tememos que surja el inoperante efecto aceitunero. Todavía estamos a tiempo de impedir que dicha plaga se apodere de nuestros jugadores y se transmita como un virus hasta el punto de convertir a todos y cada uno de los jugadores en auténticas decepciones. ¡Evitemos el efecto aceitunero!¡luchemos contra ese temible virus!
No niego que el equipo en ciertos momentos me gustó, no lo hizo del todo mal. De hecho hubo minutos en el que controlábamos el partido. Pero claro, el Compos no sería el equipo que todos conocemos si no hiciese una de las suyas, y tuvo la gentileza de devolvernos a la realidad regalando un par de goles que desencadenaron esa desastrosa derrota que nos deja cabizbajos una semana más. Si queremos evitar el efecto aceitunero debemos estar con el equipo y prepararnos para una temporada considerablemente difícil en el que las estupideces extradeportivas afectarán considerablemente al rendimiento en el campo.
Podría aprovechar este último párrafo para hablaros de los jaleos compostelanos, de barriguistas, jotistas y sabe Dios que mierdas más, pero sinceramente, si lo hiciese seguramente cerrasen este blog y no creo que merezca la pena.
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