Pues eso, ya es miércoles. tras varios días de confinamiento cada vez es más complicado saber en que día vives. Sin fútbol los domingos, sin copas los viernes, sábados..., ya sólo me quedan los miércoles para saber en qué día vivo. Bueno, eso y los domingos. Gracias a que cierra el supermercado y con él las escusas para abandonar el hogar, los domingos son también esos días algo diferentes que sirven para dotar de cierta estructura la semana. Una semana en la que he construido una mesa para el balcón dando rienda suelta a mi aburrimiento bricolajero. Entiendo que cómo todos, buscando algo que hacer mientras tienes de fondo algún tipo de medio disertando sobre la pandemia, el conflicto político y la necedad y egoísmo de parte de la población.
Y sí, empiezo hablando del egoísmo porque me parece importante de cara a como miraremos a ciertos individuos después de esta crisis. Vaya por delante que si bien las donaciones tienen un beneficio fiscal, éste nunca será mayor que el propio desembolso de la misma. Es por ello que no criticaré nunca, y menos en esta situación de crisis, a ninguna empresa o individuo que voluntariamente cede parte de su patrimonio para aliviar en cierto modo la situación. Y esto no tiene nada que ver con estar o no de acuerdo con que las SICAV son un agujero negro de impuestos perdidos. Amancio Ortega, Pep Guardiola, Messi, el Real Madrid, el Santander, Iberia, Alibaba... Aviso a navegantes, los cutres insolidarios quedarán estigmatizados y su postura difícilmente entendible en una situación tan delicada como la que estamos viviendo. Qué bien viven algunos!
Y mientras algunos viven bien, otros directamente viven en marte. Es cierto que todos sabemos que finalmente el COI se verá obligado a aplazar los juegos de Tokio, pero mantener esa absurda postura inmovilista con argumentos tan ridículos como el chasco que se llevarían 14.000 atletas con la recua de cadáveres que está dejando esta pandemia, realmente me resulta muy ofensivo y triste. Me entristece que algo tan humano como el deporte, se mercantilice hasta tal punto que infecta hasta unos juegos olimpicos y lo que es más importante, sus valores. Alardea este organismo siempre de sus valores, "Respeto, amistad y excelencia", pero con su actitud los denigra y ensucia infamemente. Ahora, tras el aluvión de presiones recibidas por parte de las diferentes federaciones, asociaciones y naciones, el comité tuvo que recular y, sin bajar a la tierra, abrir la posibilidad a nuevos escenarios que contemplaran el aplazamiento de la gran cita. Estoy indignadamente flipado y avergonzado con tan asquerosa actitud.
Y hablando de mercantilismo, ¿qué os parece que la NBA ya haya contabilizado la factura de su parón en 1.000 millones de dólares? No voy a entrar a valorar si es mucho o poco, a mi me parece un huevo y parte del otro ya que es algo menos de lo que países como Grecia, Irlanda o Egipto e gastan al año, pero ¿de verdad a eso se encamina el fútbol profesional? ¿Eso quieren Madrid, Barça y Tebas? Pues sinceramente, yo prefiero una liga de andar por casa, donde los equipos siguen estando cerca de la afición y lo importante es el sentimiento por unos colores ligados a una población y no a una mascota.
Y me despido ya no sin antes mencionar a uno de los hombres más aburridos en este confinamiento. Sí, ese mismo, Rubiales. Se ve que en la soledad de su casa la cabeza no le para, y sigue elucubrando más alternativas esperpénticas para finalizar unos campeonatos que aún a día de hoy no se sabe si se podrán terminar. Qué Dios nos coja confesados, que después del coronavirus llegará Rubiales. Hasta la semana!!!!
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