Grada llena, grada buena (versión seria) - Blog SD Compostela EUJLEFG

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Grada llena, grada buena (versión seria)

Tras el partido del Compostela - Adarve os preguntábamos si os gustaba lo que le veíais al equipo de Santiago desde la grada, más como una pregunta abierta para cotejar opiniones que como una pregunta retórica. Pero en aquel momento no hubo concreción y la balanza no cayó de ningún lado. Nos separa un mes de esa fecha en la que se han disputado dos encuentros más en el Vero Boquete, ambos con una entrada muy inferior a la registrada ante el líder y bien por debajo de los famosos mil. A día de hoy, no descarto que ver jugar a este Compostela sea un espectáculo deportivo poco atractivo, y que la repercusión y trascendencia alcanzada la temporada pasada sean incuestionablemente eso, pasado.

Entiendo a quien prefiere sumar de tres por encima de dar espectáculo y no ganar, tanto, como a los que dicen que difícilmente vas a atraer masa social si no ofreces un espectáculo atractivo. Ponemos pues en una balanza lo que te puede dar el éxito deportivo frente a lo que te puede dar la masa social. El crecer sin apoyo es un camino ampliamente recorrido por diversos clubes con un desenlace similar, el basar el crecimiento en la masa social es menos habitual, aunque se antoja más gratificante. Y es que en definitiva de lo que estamos hablando es siempre de lo mismo, de que alguien tiene que poner la pasta. La masa social, el apoyo a un club deportivo, no es más que una manera de cuantificar su potencial de ingresos. Taquillas, cafeterías, rifas, abonos, merchandising, pero sobre todo publicidad, dependen, entre otras cosas, del número de abonados y de cuanta gente asista al campo. Cuando un club alcanza su techo de ingresos tiene casi garantizado haber alcanzado su techo deportivo.

Por eso la pregunta de si os gusta lo que veis no es tan baladí, es más, puede que sea la pregunta más importante que deba contestarse para saber cómo ha de crecer el equipo. Sé que puede sonar un poco raro, sin embargo, esta fórmula la lleva empleando el Real Madrid desde hace años. Preguntarle al socio cosas como ¿El equipo impone a sus rivales? ¿Qué nota le pondrías al entrenador? ¿Y al director deportivo?, u otras más subjetivas como si hay algún jugador que les resulte antipático o que no dé la talla, no son más que una manera de darle al socio la palabra con la finalidad de contentarlo y poder monetizar su apoyo.

¿Creéis que un espectáculo como el ofrecido por los blanquiazules, podría acabar con gradas aún más vacías si se alarga en el tiempo? Podéis dejarnos abajo o en las redes sociales vuestros comentarios, nosotros aquí nos vamos a callar, de momento...

Y sin más nos vamos a ir centrando ya en el partido del domingo que enfrentó a la SD con el Langreo en el Vero Boquete de San Lázaro. Un partido que, en mi opinión, ya comenzó días antes con la rueda de prensa previa de Rodri. Más allá de las 5 bajas, se pudo escuchar de boca del míster por primera vez, reconocer que el equipo aún no sabía a qué quería jugar. Con muchos jugadores de la etapa anterior y con fichajes más enfocados a atacar los espacios, Rodri está intentando encontrar el camino hacia la confluencia entre el juego de posesión y el contragolpe. Por si fuera poco, venía el Langreo, un equipo que le iba a ceder la posesión, bien armado atrás con dos líneas muy compenetradas y juntas tras la divisoria del campo, y con un contragolpe muy peligroso sobre todo en un campo tan amplio como San Lázaro. Vamos, todo un reto para este Compostela.

Con este escenario Rodri salió con un once algo diferente. Por primera vez en lo que va de liga, los extremos Parapar y Rafa Mella jugaron a pierna natural todo el partido. Con Escudero arriba y Fer por detrás, parecía que el de Valdeorras quería atacar los laterales para buscar centros, o no. El Compos desplegó una cómoda pero eficaz salida de balón implicando a toda la línea defensiva y a Samu, siendo capaces de mantener segura la posesión y de llevar el balón al mediocampo, lugar donde comenzaban en serio las hostilidades. Allí, ante las dificultades propuestas por el rival, los picheleiros no dudaron en ejecutar bien el plan moviendo el balón de izquierda a derecha en busca de la fisura en la muralla asturiana. Lástima que fue aquí donde naufragó. El balón circulaba lento y a los jugadores les faltaba ritmo para favorecer que pasaran cosas. El talento individual no aparecía como tampoco la inspiración, que en ausencia de automatismos avocó a una posesión estéril. Casi nadie sugería desmarques de ruptura, y los pasadores no veían líneas de pase seguras, la profundidad brillaba por su ausencia, acabando todo en un fundido en negro de 45 minutos. Por si fuera poco, la presión local tampoco era efectiva, por lo que la posibilidad de robo y contra era simplemente inexistente.

En el descanso entró Pablo por Escudero para dar más vida a la presión arriba. El trabajo del chaval en seguida tuvo efecto y tras un par de buenas acciones sus compañeros comenzaron a animarse. Los minutos pasaban y el campo se hacía cada vez más largo favoreciendo al Compos, que con la entrada de Jordan y Baleato ganaron en empuje en el medio del campo. Finalmente, la ocasión apareció, 1-0, salvada imprescindible de Pato y tres puntos más para la buchaca.

Sinceramente, creo que todo llegará, está lejos de verse el final del túnel, pero llegará. No considero que la situación actual tenga que ver ni con la capacidad del entrenador ni con los futbolistas, en mi opinión, lo único que sucede es que el juego de ataque de este nuevo Compostela aún está en fase de proyección. Mientras la hormigonera da vueltas desde agosto, sigue sin saberse cuando podremos cimentar, lo primero, saber a que se quiere jugar. ¡Hasta la semana!!!!

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