Entiendo a quien prefiere sumar de tres por encima de dar espectáculo y no ganar, tanto, como a los que dicen que difícilmente vas a atraer masa social si no ofreces un espectáculo atractivo. Ponemos pues en una balanza lo que te puede dar el éxito deportivo frente a lo que te puede dar la masa social. El crecer sin apoyo es un camino ampliamente recorrido por diversos clubes con un desenlace similar, el basar el crecimiento en la masa social es menos habitual, aunque se antoja más gratificante. Y es que en definitiva de lo que estamos hablando es siempre de lo mismo, de que alguien tiene que poner la pasta. La masa social, el apoyo a un club deportivo, no es más que una manera de cuantificar su potencial de ingresos. Taquillas, cafeterías, rifas, abonos, merchandising, pero sobre todo publicidad, dependen, entre otras cosas, del número de abonados y de cuanta gente asista al campo. Cuando un club alcanza su techo de ingresos tiene casi garantizado haber alcanzado su techo deportivo.
¿Creéis que un espectáculo como el ofrecido por los blanquiazules, podría acabar con gradas aún más vacías si se alarga en el tiempo? Podéis dejarnos abajo o en las redes sociales vuestros comentarios, nosotros aquí nos vamos a callar, de momento...
Y sin más nos vamos a ir centrando ya en el partido del domingo que enfrentó a la SD con el Langreo en el Vero Boquete de San Lázaro. Un partido que, en mi opinión, ya comenzó días antes con la rueda de prensa previa de Rodri. Más allá de las 5 bajas, se pudo escuchar de boca del míster por primera vez, reconocer que el equipo aún no sabía a qué quería jugar. Con muchos jugadores de la etapa anterior y con fichajes más enfocados a atacar los espacios, Rodri está intentando encontrar el camino hacia la confluencia entre el juego de posesión y el contragolpe. Por si fuera poco, venía el Langreo, un equipo que le iba a ceder la posesión, bien armado atrás con dos líneas muy compenetradas y juntas tras la divisoria del campo, y con un contragolpe muy peligroso sobre todo en un campo tan amplio como San Lázaro. Vamos, todo un reto para este Compostela.
En el descanso entró Pablo por Escudero para dar más vida a la presión arriba. El trabajo del chaval en seguida tuvo efecto y tras un par de buenas acciones sus compañeros comenzaron a animarse. Los minutos pasaban y el campo se hacía cada vez más largo favoreciendo al Compos, que con la entrada de Jordan y Baleato ganaron en empuje en el medio del campo. Finalmente, la ocasión apareció, 1-0, salvada imprescindible de Pato y tres puntos más para la buchaca.
Sinceramente, creo que todo llegará, está lejos de verse el final del túnel, pero llegará. No considero que la situación actual tenga que ver ni con la capacidad del entrenador ni con los futbolistas, en mi opinión, lo único que sucede es que el juego de ataque de este nuevo Compostela aún está en fase de proyección. Mientras la hormigonera da vueltas desde agosto, sigue sin saberse cuando podremos cimentar, lo primero, saber a que se quiere jugar. ¡Hasta la semana!!!!
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