Tras la larga espera, el pasado fin de semana se reiniciaba la competición en tercera división con la disputa de las semifinales del playoff de ascenso exprés a segunda división B. Más allá de la incertidumbre de los resultados que se podían dar, la gran duda que llevaba días anidando en los cuerpos técnicos de los clubes participantes, era el estado real de sus pupilos con respecto a sus rivales, algo que tan sólo podía certificarse cuando el balón comenzara a rodar por el verde. Y la verdad es que poco hubo que esperar para ver los efectos del parón en el fútbol de los equipos.
Semanas atrás, ya comentábamos las palabras de Yago Iglesias al respecto y las extrapolaciones que hacía de las ligas reiniciadas hasta el momento, pero evidentemente hay aspectos individuales en cada equipo que no se pueden adelantar. Aunque es cierto que lo aprendido durante la temporada y la técnica personal adquirida no se vieron afectadas, si se pudo ver una falta de fluidez y acondicionamiento más propia del inicio de temporada que de la clausura del campeonato. También, para mí, el otro aspecto afectado llamativamente fue sin duda el estado físico. Comprobar como en el minuto 60 ya había jugadores en el Compostela - Barco con los gemelos subidos, o lo rápido que los minutos comenzaban a pesar como losas en los jugadores, sólo hace más que reforzar la necesidad de la modificación reglamentaria de los 5 cambios, aunque sé que muchos pensáis que favorece los planteamientos defensivos. Bueno, los resultados no dicen lo mismo. Otro detalle muy distinto y más particular, fue cómo cada cuerpo técnico gestionó tanto este descenso de la capacidad física de los suyos como los cambios para contrarrestarla.
Pero vamos a meternos en harina, ¿cómo fueron las semis gallegas?
Compostela y Barco fueron los elegidos para arrancar la competición el pasado sábado a las siete y media. Como esperaba, el Compos salió fuerte para adelantarse antes de la primera pausa para hidratación. El Barco por su parte se mostró algo más expectante y sólo inquietó a balón parado. La falta de fluidez de la que antes hablábamos nos mostró una SD algo menos engranada pero también unos errores defensivos en el Barco que le dieron a los de Santiago antes del minuto 19 una cómoda ventaja. Si ya el 0-0 clasificaba a los picheleiros, el 2-0 convertía en odisea las posibilidades de los de Valdeorras, y auguraba un paseo militar para los capitalinos. Pero el Compos decidió levantar el pie. Los de Santiago, curtidos por las desagradables experiencias pasadas, decidieron contemporizar y administrar la ventaja sin renunciar a su estilo pero, aunque siguieron produciendo algo, de esta vez no lograron ampliar más su ventaja. Al borde del descanso un gol olímpico del Barco abría un poco el partido para la segunda mitad, algo circunstancial para mi ya que seguía sin generar suficiente peligro en las inmediaciones de Pato.
Tras el descanso el partido se afeó. Ya bien fuera por bajón físico, relajación por el resultado o mal juego en general, la SD casi no apareció en la segunda mitad. Salvo alguna jugada aislada, los de la capital no lograron desarrollar su juego y, aunque no sufrían en defensa, afearon un partido en el que el Barco seguía sin meter miedo. Con los refrescos, los de Valdeorras mejoraron un punto más llegando a dominar a su rival, pero seguían sin perturbar la meta compostelana. ¿Y el Compos? Pues los de Santiago continuaban cuesta abajo. Yago optó por estirar los cambios hasta que se cumplió el minuto 90 para arañar segundos al crono, y para mi gusto el equipo lo sufrió innecesariamente. Como demostraron los cambios, la frescura abrió el cielo compostelano y trajo de nuevo luz a un campeón de liga que con poco más cerró el partido en el descuento. 3-1.
Según los analistas el Ourense CF - Arosa SC del domingo se intuía más igualado. La experiencia de los Arousanos se medían al descaro de los de las Burgas en una reñida segunda semifinal. Si bien en el choque del sábado decidieron las ocasiones generadas, en el partido del domingo lo hizo el acierto. Aunque ambos equipos tuvieron sus oportunidades, las del Arosa acababan todas en el limbo. Demasiado castigo para un equipo que mereció mucho más, en un partido que comenzó a romper Lamelas en una combinación por dentro con Pibe. El segundo tanto para el Ponte, precedido de penalti y expulsión de Catú, fue un golpe que le ponía a los de Vilagarcía el listón demasiado alto para lograr el pase. A pesar de todo, el Arosa lo intentó hasta el final incluso anotando en las postrimerías del encuentro, pero fue insuficiente. 2-1 y el Ourense CF a la final. En este segundo encuentro detecté la misma falta de fluidez en el juego con respecto a lo que ambos conjuntos venían haciendo, pero también con un punto físico mayor que el de Compostela o Barco, algo que puede ser determinante el próximo sábado de no gestionarse bien los refrescos.
El próximo sábado, curiosamente día 25 de julio, tendrá lugar la gran final de esta competición en el mismo escenario, el municipal Abanca Balaídos. La celebración en Santiago el día de su patrón puede convertir el éxito del equipo picheleiro en mítico, o en tragedia de perder contra el Ourense CF. El juego preciosista y el poso adquirido tras dos playoffs fallidos, se verán las caras con el descaro y la irreverencia de los de las Burgas en otro nuevo asalto de este particular duelo entre los dos primeros clasificados de la liga regular. Atrás quedan la final de la copa federación gallega y el único encuentro que disputaron en liga que terminaron con sendos empates. La final de las finales para determinar al mejor de la temporada con el premio del ascenso a segunda B, dónde en principio ya espera un desesperado Deportivo sumido en un conflicto con la liga SmartBank por eludir el descenso. Un cartel de lujo para el partido del año del fútbol gallego, ¿te lo vas a perder? Hasta la semana!!!!
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