Épica: Grandiosa o fuera de lo común.
Hazaña: Proeza, acción o hecho especialmente ilustre, señalado y heroico.
Hazaña: Proeza, acción o hecho especialmente ilustre, señalado y heroico.
La verdad es que hacer un análisis meramente futbolístico de lo sucedido en San Lázaro el pasado domingo, sería realizar un frío esfuerzo inútil para explicar lo que allí vivieron los asistentes. Por eso hoy os cuento lo que vivimos en una bancada que vibró desde la llegada del equipo al estadio hasta bien entrada la noche.
Reconozco que por motivos personales no pudimos asistir a la recepción del equipo pero ver los vídeos en twitter nos erizó la piel. Tras días de mentalización y un par de horas de nervios la hora del partido se acercaba y veíamos en jugadores y resto de aficionados, esa fe ciega en el equipo y sus posibilidades. Nosotros llegamos al estadio a eso de las siete y cuarto, con el aparcamiento bastante lleno, palpábamos ese ambiente de apoyo masivo e incondicional de la ciudad que respondió fiel a la llamada de apoyo de su equipo. Tras la parada de rigor en el bar que nos limitó al café al estar "fuera de hora", repetimos asiento de playoff junto al túnel de vestuarios. Los equipos tardaron en salir a calentar y aunque las gradas estaban aún muy vacías, ya se apreciaba que habría una gran entrada. Sin tiempo para acomodarse empezaron los sobresaltos. Durante el calentamiento nos fijamos cómo Róber paraba y hablaba con el staff técnico, para poco después enfilar los vestuarios. Se probó pero no pudo, Rubén ocuparía su puesto en el once. Tras el partido, Yago reconocería que el de Porriño estuvo tocado toda la semana y que este contratiempo estaba previsto, pero no niego que la idea de mala suerte volvió a sobrevolar mi cabeza.
Con el pitido inicial el corazón subía de revoluciones y las primeras sensaciones llegaban. Los dos equipos salieron con planteamientos muy similares a los de la ida pero con un terreno de juego que favorecía el toque de los locales, y dotaba de cierta incomodidad a unos visitantes más conservadores de inicio. Poco duró el tanteo, a los trece minutos una pérdida de los visitantes en la salida del balón ante la presión local, permite un pase en profundidad a Rubén que encara a Ortega y manda el cuero al palo. Un primer uy! que acabaría en delirio colectivo cuando Tomas sin saber cómo, gana por alto el rechace a Yayá para alojarlo en el fondo de las mallas. Ahí fue cuando yo perdí la voz y la habilidad de escribir. Toda la tensión almacenada durante una semana emanó de mi garganta cual dragón enfurecido, todas esas sensaciones positivas y creencias, se materializaban en un gol que suponía el primer paso de un largo camino. Si el equipo ya creía antes en sus posibilidades, más lo haría a partir de este momento. Con un publico entregado y alentado por Yago para que no se enfriase el ambiente, los minutos corrían con llegadas blanquiazules pero sin acierto ni ocasiones claras. Aún así, este empuje tuvo su premio al borde del descanso. Córner botado por Álex al centro del área que gana Primo ante la oposición de Yayá colocando el esférico lejos del alcance de Ortega, que miraba con cierta incredulidad como el balón se colaba en su portería. 2-0, eliminatoria igualada, 45 minutos por delante y jugadores a los vestuarios. En este momento se produce para mí otra gran foto mágica con jugadores y cuerpo técnico arengando a la afición en su acceso al túnel mientras ésta devolvía esos ánimos.
Con una cerveza "sin" en la mano debatíamos que postura tomaría el Terrassa con este nuevo escenario. A mi parecer mantendría la misma idea ya que un gol les clasificaría. No sé si obró bien el cuerpo técnico catalán, pero lo cierto es que a los tres minutos de la reanudación, en una recuperación de Uña en área propia, Naveira, Álex, Diego y Primo montaron una contra que dejó al delantero cántabro mano a mano con Ortega para que definiera con calidad. EL 3-0 subía al marcador. La hazaña se consumaba entre lágrimas de emoción y agradecimiento a unos jugadores que se estaban vaciando sobre el terreno de juego. Indescriptible. De ahí hasta el final, el Terrassa trató con cambios de futbolistas y sistema marcar ese gol que les clasificase, pero estaban descompuestos y de su cabeza sólo salían balones largos en busca de segundas jugadas que nunca aparecieron. Con calambres, con la angustia en el pecho de caer con otra jugada desgraciada, pero con la convicción de morir matando, los nuestros navegaron hacia un pitido final liberador, que nos metió en el bombo para disputar la ronda final de este playoff de ascenso a segunda B 2018. A sus pies señores.
Con el pitido inicial el corazón subía de revoluciones y las primeras sensaciones llegaban. Los dos equipos salieron con planteamientos muy similares a los de la ida pero con un terreno de juego que favorecía el toque de los locales, y dotaba de cierta incomodidad a unos visitantes más conservadores de inicio. Poco duró el tanteo, a los trece minutos una pérdida de los visitantes en la salida del balón ante la presión local, permite un pase en profundidad a Rubén que encara a Ortega y manda el cuero al palo. Un primer uy! que acabaría en delirio colectivo cuando Tomas sin saber cómo, gana por alto el rechace a Yayá para alojarlo en el fondo de las mallas. Ahí fue cuando yo perdí la voz y la habilidad de escribir. Toda la tensión almacenada durante una semana emanó de mi garganta cual dragón enfurecido, todas esas sensaciones positivas y creencias, se materializaban en un gol que suponía el primer paso de un largo camino. Si el equipo ya creía antes en sus posibilidades, más lo haría a partir de este momento. Con un publico entregado y alentado por Yago para que no se enfriase el ambiente, los minutos corrían con llegadas blanquiazules pero sin acierto ni ocasiones claras. Aún así, este empuje tuvo su premio al borde del descanso. Córner botado por Álex al centro del área que gana Primo ante la oposición de Yayá colocando el esférico lejos del alcance de Ortega, que miraba con cierta incredulidad como el balón se colaba en su portería. 2-0, eliminatoria igualada, 45 minutos por delante y jugadores a los vestuarios. En este momento se produce para mí otra gran foto mágica con jugadores y cuerpo técnico arengando a la afición en su acceso al túnel mientras ésta devolvía esos ánimos.
Con una cerveza "sin" en la mano debatíamos que postura tomaría el Terrassa con este nuevo escenario. A mi parecer mantendría la misma idea ya que un gol les clasificaría. No sé si obró bien el cuerpo técnico catalán, pero lo cierto es que a los tres minutos de la reanudación, en una recuperación de Uña en área propia, Naveira, Álex, Diego y Primo montaron una contra que dejó al delantero cántabro mano a mano con Ortega para que definiera con calidad. EL 3-0 subía al marcador. La hazaña se consumaba entre lágrimas de emoción y agradecimiento a unos jugadores que se estaban vaciando sobre el terreno de juego. Indescriptible. De ahí hasta el final, el Terrassa trató con cambios de futbolistas y sistema marcar ese gol que les clasificase, pero estaban descompuestos y de su cabeza sólo salían balones largos en busca de segundas jugadas que nunca aparecieron. Con calambres, con la angustia en el pecho de caer con otra jugada desgraciada, pero con la convicción de morir matando, los nuestros navegaron hacia un pitido final liberador, que nos metió en el bombo para disputar la ronda final de este playoff de ascenso a segunda B 2018. A sus pies señores.
Pero antes de pasar al sorteo del lunes me gustaría dejar un par de ideas. La primera es que no le debemos nada a nadie. El Compos ha llegado a la última ronda del playoff con su sudor, su sacrificio y su sufrimiento. A pesar de la suerte aviesa, este equipo ha sabido levantarse y luchar como si no hubiera mañana para estar en una última ronda que, pase lo que pase, ya es un premio al esfuerzo y al trabajo realizado. Con suerte es mucho más fácil ascender por eso quiero poner en valor lo que este equipo ha logrado el domingo, una proeza sólo al alcance de los héroes. La segunda idea viaja a Terrassa. Cada uno es libre de actuar como quiera o crea conveniente, pero yo a mis jugadores les pido ante todo compañerismo con los suyos y los rivales. Hay que saber perder y también ganar. La última de las ideas tiene que ver con la afición. El pasado domingo frente al Terrassa, San Lázaro albergó a 3.800 almas con la eliminatoria muy cuesta arriba y sin que el club alcanzase los 1.000 socios esta temporada. Creo que el club debería reflexionar sobre su política social ya que parece evidente que en Santiago hay mucha más afición de la que se ve en San Lázaro cada domingo. Y ojo, no me olvido de la gentileza del club de llevarnos baratito a Salamanca.
Y así llegamos al lunes. La verdad es que después de lo vivido el domingo no me cabían mas emociones en el cuerpo. Nuestra bolita madrugó para este último sorteo y salió en el segundo emparejamiento contra un cuarto, el Salmantino. Me resultó indiferente. A priori los cuartos se suponen más asequibles por su clasificación, es cierto, pero no hay que olvidar que para llegar hasta aquí han tenido que tirar a un primero y a un segundo. Para mí a estas alturas ya da igual, todos los rivales tienen sus armas y ninguno va a estar menos motivado que el resto, se están jugando el ascenso y todos van a ir a muerte.
Nuestro próximo rival, el Salmantino, acabó cuarto la liga regular empatado con el tercero, el Palencia, y le sacó un punto al quinto, al Astorga, un exsegundaB que perdió el playoff en las últimas cinco jornadas. Los de Salamanca sumaron 74 puntos repartidos casi por igual en casa y fuera en 22 victorias, 8 empates y 8 derrotas. Su golaverage global fue muy similar al del Compostela anotando 74 goles y encajando 35. Han mantenido a cero su portería en 14 ocasiones y tan sólo Numancia B y Arandina han sido quién de vencerles por más de un tanto de diferencia. Los charros tienen a 7 mexicanos en plantilla (por aquí se le ve el plumero a su presi) y prácticamente no rotan. Lo mejor del enfrentamiento será sin duda el aspecto ambiental. El Compostela jugará en el histórico Helmántico, sobre un césped de hierba natural en el desplazamiento más corto posible. El primer partido será el próximo domingo a las 12h en Salamanca ante más de 6.000 personas, y el siguiente el domingo a las 19h en el multiusos de San Lázaro se jugará la vuelta coincidiendo con el cumpleaños de primo.
Y me despido ya nombrando eso sí al vencedor del MVP del mes de mayo. El excéltico Ube, ha logrado con autoridad este galardón a pesar de los resultados. El talentoso jugador ha dejado huella en nuestras retinas con su juego, y no es de extrañar visto lo visto sobre el césped. Me gustaría destacar también la irrupción de Naveira en esta clasificación. El exfabrilista, con un 15% más o menos, ha dejado constancia con esta votación del gran final de campaña que está cuajando. Felicidades a los agraciados y hasta la semana, chao!!!!
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