Estimada RFEF:
Me imagino que a día de hoy andaréis liados con el tema de la organización de la próxima temporada y las críticas a la Superliga, así que procuraré no quitaros mucho tiempo.
Quería hablaros de la SD Compostela, un club humilde que poco a poco ha conseguido recuperarse del batacazo sufrido en los pasados años y volvió a Segunda B (o como diablos le llaméis vosotros, que yo ya me pierdo con tantos nombres). La idea de este club es ir creciendo poco a poco e intentar llegar al fútbol profesional, algo que si se consigue no es necesario que sea ya, lo idóneo es ir poco a poco para llegar con un equipo asentado y bien elaborado. Pero bueno, que os voy a contar yo que vosotros no sepáis... Con la de años que lleváis dirigiendo este deporte creo que conocéis muchísimo mejor el mundillo.
Nuestra vuelta a Segunda B fue bastante remarcable. Tras estar en un grupo con equipos de un nivel supuestamente mayor y con un presupuesto infinitamente superior al que poseemos, hemos sobrevivido como pudimos y alcanzado la permanencia en esta nueva división. La posición obtenida en esta "nueva" liga nos ofreció la posibilidad de pelear por conseguir el ascenso a la primera RFEF, algo que la mayoría de nosotros sabíamos era muy difícil de conseguir, ya que nos enfrentábamos a equipos como el Dépor o el Numancia. Pero a pesar de todo comenzamos con mucha ilusión convencidos de que todos y cada uno de los jugadores se iban a dejar la piel en el campo, pasase lo que pasase.
Y así fue, los jugadores lucharon en cada partido de esta "liguilla" de ascenso e intentaron llevarse alguna victoria, a sabiendas de que nos enfrentábamos a equipos que tenían jugadores de una calidad bastante superior a la nuestra. Se intentó contra el Numancia... y se perdió. Nada que reprochar al equipo ya que, a pesar del esfuerzo, no se consiguió la victoria. La semana siguiente empatamos a ceros contra el Marino en un partido en el que perdimos nuestra oportunidad de conseguir una victoria. Al igual que la semana anterior, nada que criticar, cuando las cosas no salen, no salen; pero siempre orgullosos del esfuerzo demostrado por los jugadores.
Hasta aquí todo normal, nada nuevo en el horizonte. Todo cambió hace dos semanas contra el Langreo en el Estadio Vero Boquete. Pocos minutos antes del final del partido el árbitro sufrió un cruce de cables o se dio cuenta de que el Compos podía llevarse los tres puntos y montó su propio "show", tomando unas decisiones tan exageradamente absurdas que aún a día de hoy la gente sigue sin comprender. Seguramente me vengáis con que fueron "errores arbitrales", pero a mi eso no me vale, porque o el árbitro del partido confundía las cabezas de los futbolistas con manos o tiene un desconocimiento pleno de las reglas. A mi, sinceramente, me resultó una situación vergonzosa, pero lo peor de todo es que los colegiados lo hicieron tan descaradamente mal que la gente se sentía cómo si le hubiesen tomado el pelo. Desde mi punto de vista el comportamiento del árbitro fue gravísimo, y lo peor de todo es que no se tomaron medidas por ello, porque, sinceramente, da la sensación de que lo realmente importante es que ciertos equipos asciendan. Pero parece que con ese espectáculo bochornoso no fue suficiente, ya que el pasado Domingo otro árbitro "lúcido" decidió pitar un ridículo penalti en contra al Compostela... que digo ridículo, ¡bochornoso!. Por segunda vez decidís que el Compos merece ser castigado y vuelven esos "errores arbitrales". Quiero recalcar que en el partido celebrado este pasado Domingo probablemente hubiésemos perdido igual, pero no es lo mismo perder porque ellos fueron mejores a perder porque un árbitro decidió regalar un penalti.
Por lo tanto, señoras y señores de la RFEF ¿Qué diablos os hemos hecho?¿tenéis algún problema con nosotros o únicamente nos cogisteis manía por algo en particular? Generalmente, cuando había "errores arbitrales" solían ocurrir en varios partidos, pero en este caso se cebaron con un club y una afición que lo único que quieren es disfrutar del fútbol.
Muchas gracias por leerme,
Atentamente,
Un aficionado bastante "quemado" por los "errores arbitrales"
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