Bueno, pues nada, ya nos hemos relajado y pensado en nuestras cosas en esta jornada de descanso, ya somos gente nueva. Ahora dejémonos de tonterías y vayamos a lo que hay que ir ¡volvamos a la liga! Que ya está bien de tanto salir de fiesta y pasar el día viendo Nertflix. ¡A trabajar, me cago en mi vida! Y por si fuera poco volvemos al curro con una de las tareas más duras del ámbito compostelano ¡qué nos toca el Arenteiro! Ya sabemos lo que nos espera: líos, faltas, problemas y pique tras pique. Yo dudo mucho que saquemos un buen resultado ante un equipo que en estos momentos está que no se lo cree. Vamos, que casi mejor dejémosles disfrutar de su momento y esperemos tranquilamente a que llegue el nuestro. Nosotros vayamos poco a poco, con calma, hagamos las cosas bien y ya llegará lo que tiene que llegar. Y si no llega, pues no pasa nada, total va a venir la tercera guerra mundial y ahí sí que ni fútbol ni leches.
Pero dejando de lado el duro enfrentamiento compostelano (al que por ahí llaman derbi aunque bien podían llamar campo de batalla... De hecho estoy convencido que si Putin decidiese ir a ese partido iría con un misil debajo del brazo por si fuese necesario encender la mecha...) deberíamos pensar en otros temas que nos conciernen. Porque ahora que el equipo empezó a darnos alegrías, ahora que nuestro estimado Compos decidió abrirse paso entre las zarzas de la decepción y comenzó a caminar por el sendero de la esperanza, necesitamos saber algo que a más de uno nos tiene en vilo...¿hacía dónde diablo vamos?¿cual es el camino que debemos seguir de ahora en adelante?
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