La mañana del domingo comenzó tempranito con el once que presentaría Rodri sobre el verde del Vicente del Bosque. No ocultaré mi enorme sorpresa al comprobar que se decantaría por su dibujo habitual por delante del 4-4-2, a pesar de tener que contar para ello con el filial Mario. Ni que decir tiene, que las buenas sensaciones que dio el equipo la jornada anterior, probablemente fueran las que finalmente decantasen la balanza. Pocas sorpresas más teniendo en cuenta las bajas y problemas físicos, algo que se vio claramente a lo largo del encuentro, al descartar los blanquiazules prácticamente cualquier tipo de refresco. En mi opinión no fue lo más acertado, sobre todo con lo que sufrió el equipo en el tramo final del partido. Tal vez el papel de Matías puede haber llegado a su fin tras la debacle de Carballo.
El partido comenzó bien, con un Compos intentando ser protagonista con balón y vertical en sus acercamientos, algo que, a pesar de no lograr tiros a puerta, le permitieron disfrutar del que sería su primer tanto. Al equipo se le veía cómodo y sin pasar apuros, pero nuevamente un error en iniciación le costó el empate. Llegados a este punto, a los de Santiago les tocó superar el golpe, y aunque fueron muchos los acercamientos locales, el Compostela logró aguantar y no ceder más goles en contra. Tras el descanso, pasamos por una fase muy similar al inicio de la primera mitad, y tras una perfecta jugada visitante, los picheleiros volvieron a colocarse por delante en el marcador. Este segundo tanto sí lo notó el Adarve, que junto a un buen manejo gallego, llevó el encuentro a dónde los santiagueses querían pasando más tiempo el esférico en territorio local. Con el paso de los minutos el fútbol desapareció y el patadón se convirtió en el medio más efectivo para alcanzar el área rival. Como dije antes, los blanquiazules ni pararon el partido ni fueron quién de resolver con eficacia todo el aluvión de balones colgados que llegaron a su área, sucumbiendo finalmente en el descuento. Empate a dos al final, que nuevamente deja buenas sensaciones en los visitantes ante el líder, pero que sigue haciendo mella en los errores que finalmente le restan puntos.
De momento toca seguir trabajando, e ir pensando en el importantísimo encuentro del próximo domingo frente al Navalcarnero. Los del excompostelanista Uña llegan al Vero Boquete terceros a seis puntos del Pontevedra, con dos derrotas consecutivas en las dos últimas jornadas y con cuatro puntos de doce posibles en las últimas cuatro. Si recordamos, los madrileños vencieron por dos tantos a uno a los santiagueses en la primera vuelta, después de adelantarse con un tanto a balón parado, y neutralizado el tanto de Escudero en el minuto 75, dos minutos más tarde. Se prevé un partido difícil e igualado en el que los de Santiago deben confirmar su sutil mejoría traduciéndola en puntos. Independientemente del resultado, el no continuar con el planteamiento de los dos últimos partidos me parecería un error, que no traería la estabilidad necesaria para enfocar el tramo final de liga. Será muy importante saber con qué efectivos podrá contar Rodri Veiga para este encuentro, sobre todo en el medio del campo y los extremos. La vuelta de Antas o Parapar puede suponer un plus de calidad considerable y necesaria para lograr la victoria.
Para este encuentro, el club compostelano ha vuelto a optar por promocionar entradas. En este caso, cada abono tiene derecho a una invitación que podrá retirar en As Cancelas, la tienda oficial del club o en el mercado de Bonaerges. La trascendencia de los puntos hace que no pueda faltar nadie el 10 de abril a las 17h en el teatro de los sueños compostelano. ¡FORZA COMPOS!!
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