La amenaza de Andrómeda (versión seria)

A medida que la pandemia avanza, algunas de las incertidumbres que esta crisis sanitaria nos deja se van despejando y dejan las primeras decisiones que, como es normal por otra parte, tarde o temprano tenían que aparecer. No era de esperar que con las primeras decisiones comenzara un torrente de actuaciones pero sí es cierto que los primeros movimientos condicionan a los más perezosos.

En este sentido, la primera liga belga y por extensión su federación, ha sido la que ha encabezado las decisiones en el fútbol. A pesar de las advertencias de la UEFA, y asumiendo el riesgo de quedar al margen en las próximas competiciones europeas, los centroeuropeos decidieron dar por finalizada la temporada y nombrar vencedor al hasta ahora líder, el Brujas. Curiosamente, días después de que el herido ente europeo viera menospreciado su poder criticando la postura belga por unilateral y no consensuada, proponía al resto de miembros la posibilidad de cancelar las ligas. Y eso sí que ha agitado el avispero. Aunque si bien es cierto que la vuelta al trabajo de la Bundesliga con restricciones puede dejar entrever el reinicio de la liga en Alemania, aún es pronto para ver éste hecho y más aún cuando su curva de contagio aún no está estabilizada. No menos llamativa ha sido la declaración de la AFE en España. A petición de los futbolistas profesionales, los jugadores se niegan a volver a los campos hasta que el gobierno determine que lo pueden hacer con seguridad, tanto para entrenar como para disputar un encuentro. En su comunicado, los jugadores también se acuerdan de la seguridad de los aficionados, y dejan entrever la necesidad de su asistencia a los terrenos de juego.

Me deslizo ya hacia el caso español en una semana en la que el gobierno debate en el parlamento la ampliación del confinamiento hasta el próximo 26 de julio. En este sentido, lo crucial será ver en qué condiciones se llevará a cabo dicho confinamiento. La intención inicial del ejecutivo es ir levantando las distintas restricciones a partir del próximo día 8 hasta alcanzar finalmente la normalidad, aunque todo estará a expensas de la evolución de la curva de contagio. Bueno, "normalidad", porque difícilmente las cosas serán normales hasta pasados muchos meses, muchos.

No soy epidemiólogo y no entraré en el peligroso juego del relato ficción que supone elucubrar sobre la evolución de la pandemia, pero sí creo que puedo establecer el punto de partida del sector del fútbol español en base a lo adelantado por entidades y representantes.

Primero La Liga. Entidad sólo ineteresada en recuperar la mayor parte del dinero que ha dejado de ingresar, importándole bien poco, como ha demostrado, las aficiones, la salud de los jugadores o los clubes. Sus esfuerzos se centran en terminar la liga sí o sí antes de agosto para que no afecte a la liga 2020/2021 y no altere la competición. Para este la cancelación de la actual competición sería un golpe duro pero inevitable si las fechas impiden finalizar la actual temporada.

Segundo la RFEF. La simple idea de provocarle una urticaria a Tebas excita a Rubiales, pero además, el presidente de la RFEF está en precampaña y tener el beneplácito de equipos y AFE es su principal baza. Su posicionamiento, más allá de los objetivos de la federación, pasan por posicionarse con estos otros dos agentes. En su cabeza no existen inflexibilidades de calendario como en el caso de La Liga y si jugadores y clubes es lo que desean lo defenderá. Puede que la reelección genere algún conato de incendio en las federaciones regionales, pero no creo que sea de relevancia.

Tercero los clubes, las empresas de este puzle. Tienen que cuadrar sus balances si no quieren poner en riesgo la viabilidad de sus proyectos, y teniendo en cuenta que el estado no pondrá ni un duro para aliviar su situación (¿quién en su sano juicio pagaría aunque sólo fuera parte de la nómina de merengues o culés?), quieren volver a la actividad para que la rueda vuelva a girar. Poco les importan calendarios o temporadas siempre que eso no suponga mermar su posicionamiento deportivo.

Cuarto los futbolistas. Quieren los mismos derechos que cualquier otro trabajador, no volverán a su puesto laboral si no les garantizan su seguridad, y no concebirían que fuese sin aficionados. Además, tras varias semanas sin entrenar, deberían de realizar una pequeña pretemporada de cara al reinicio si no quieren convertirse en carne de enfermería.

Quinto las aficiones. Más allá de recuperar el dinero de los abonos de la temporada pasada, algo que me resulta inviable viendo la situación de los clubes, no entenderían, por ejemplo, no vivir un ascenso en el campo.

Y por el último el gobierno, cuyo único objetivo es contener el contagio tanto ahora como durante la segunda oleada que se espera para septiembre-octubre, y que, por tanto, mantendría alejados de los campos a los aficionados hasta finales de año.
Con este cóctel una decisión ecuánime parece inviable, pero si además Liga y RFEF no se coordinan pueden paralizar los ascensos y descensos y agravar aún más los problemas.
Vosotros habéis dejado clara vuestra postura, así me gusta. Hasta la semana!!!