Ya sé que algunos de vosotros estáis deseosos de descubrir al ganador del MVP del mes de diciembre y leer mis palabras acerca del partido del pasado domingo, pero entre polvorones y villancicos saltaron a la palestra un par de temas que no me puedo permitir dejar pasar sin dar mi opinión. Y nada tienen que ver ni con el sorpresivo asalto a la recién estrenada tienda oficial de la SD, ni con las expectativas que los recién llegados han puesto en un equipo bien construido desde hace cuatro temporadas y madurado con el tiempo adecuado.
El primero es la reciente publicación de las cuentas de resultados de los últimas 18 temporadas del Racing de Ferrol. Sin entrar a valorar la veracidad de los mismos, aunque me parezcan bastante cuestionables por el montante total, no me queda otra más que felicitar a los departamentales por tener a un sufridor mecenas que permite tal sableado continuo a su cartera. Pero me pregunto, ¿hasta cuando? Y es que me hace mucha gracia eso de arruinar clubes para que después los aficionados de bien paguen el pato con esas llamadas de auxilio tan artificiales. Como ejemplo, curiosamente, su cruce en el último playoff de ascenso, el Real Jaen. Los andaluces tras caer en el pozo de tercera, se montaron un equipo a todo trapo que fue además de campeón de su grupo, uno de los máximos goleadores de la categoría. Pues bien, tras un nefasto playoff en el que no pudieron superar la derrota frente al Racing, cayeron eliminados y no ascendieron. A día de hoy ya tenemos el masivo #SOSREALJAEN, con el que piden 6 euros de limosna para evitar su desaparición. Ya no me creo nada. Puede que su ilustrísima sea el cutre mayor del reino o simplemente un pobretón comparado con otros, pero lo cierto es que con la decisión que tomó hace cuatro años ha salvado al club de pasados episodios bochornosos asegurando su continuidad. Se verá si algún día, seguro que cuando el Compos sea un negocio rentable, alguno de esos que se dicen adinerados hombres compostelanos de bien le dan el relevo.
La otra llamativa noticia navideña fue sin ninguna duda el artículo de El Correo Gallego sobre la "sorprendente" escasa afluencia de público con respecto al año pasado al Vero Boquete, estando el equipo líder de la clasificación. No voy a entrar a valorar ni el escaso rigor con el que se trata el tema, como sabéis me repatea esa idea de pensar que la clasificación es el único índice a valorar para llevar gente al campo, ni la infantil conclusión de que 50 personas de media es un valor lo suficientemente significativo como para escribir un artículo sobre ello, valoro el seguidismo vomitivo de una página parroquial que lleva años menospreciando el fútbol en la ciudad y en concreto a esta entidad, y que ahora quiere subirse al carro de un equipo que está haciendo muy bien las cosas. Ojo! No critico ni criticaré nunca ni el apoyo de nadie al club ni la difusión de su imagen, eso sería tirar piedras contra su majestuoso tejado, critico el querer aparecer en la fotofinish, el aprovecharse de una situación lograda gracias al esfuerzo de otros que no han dejado que se apagara la llama.
Por cierto, si lo que de verdad queréis es estar al día de lo que sucede en la city compostelana, yo os recomendaría una cuenta de twitter que realmente destaca por su seriedad incuestionable, follow @borrego_gallego.
Por cierto, si lo que de verdad queréis es estar al día de lo que sucede en la city compostelana, yo os recomendaría una cuenta de twitter que realmente destaca por su seriedad incuestionable, follow @borrego_gallego.
Y sin más paso a centrarme en el lustroso empate a dos que nos brindaron el primer y segundo clasificado de la tercera gallega este pasado domingo. Un maravilloso partido de fútbol que cambió casi antes de que pudiéramos contemplar los planteamientos iniciales de ambos conjuntos. Tras el pitido inicial, el Ourense CF saltó a por los compostelanos teniendo una buena ocasión inicial, pero en una contra magistralmente llevada por los capitalinos a la salida de un corner a favor de los locales, Hugo remata de manera soberbia al fondo de las mallas un centro medido al segundo palo de Antas. Lo que dije, minuto 5, 0-1 y planteamientos nuevos nada más empezar. Sin problema. Como era de esperar, el Compos con el nuevo escenario dejó arriesgar a los de las Burgas apoyados en su peligroso contragolpe, y los locales, sin otra alternativa, continuaron con su propuesta inicial. En su rol, ambos conjuntos estuvieron bien y el partido se veía equilibrado a pesar del marcador por lo que el desenlace parecía más impredecible de lo que al final fue. A la salida de un corner, el Ourense CF empató, levantó el pie y los de Santiago se rehicieron tomando las riendas hasta colocar el 1-2 en el electrónico e irse con ventaja al descanso. Tras la reanudación, se produce para mí la acción que determinaría lo que resta de encuentro. Como un gato, Parra salva una doble ocasión clarísima de Brais y evita que el Compostela encarrile el encuentro, de ahí al final, un serenado Ourense puso más corazón que cabeza para llegar a la meta blanquiazul. Le bastó. En el 89, Cassio Goes repite aprovechando otro córner y empata un partido que parecía sentenciado pero no muerto.
Sensación de victoria para el Ourense que recuperó un punto sobre la bovina pero que sólo le vale para no perder comba con el líder. Y sabor agridulce para los visitantes que, aún perdiendo esos dos puntos al final, consiguen un buen resultado para terminar la primera vuelta como líder. Como curiosidades quedan el record de imbatibilidad de Pato, 798 minutos para enmarcar, y que se repite el resultado de Baltar. Si os acordáis, en Portonovo el resultado final fue de 3-3 tras la prórroga (2-2 tras los primeros 90 minutos), y fueron los penaltis los que otorgaron la Copa Federación Galicia a los de Santiago.
Para despedirme, recordaros que este próximo fin de semana termina la primera vuelta con el interesantísimo duelo orensano en Valdeorras entre el segundo y tercer clasificado. Por su parte el líder, el Compostela, tratará de mantener su racha de victorias en casa para hacerse con el campeonato de invierno ante el Arenteiro.
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