¡Vaya ostión (con perdón) nos hemos pegado el pasado miércoles, por Dios(el triangular no cuenta que era un amistoso)! Que si teníamos un equipo para jugar los playoffs, que si los Ascensores, que si Mr. Ares… y ¡plaf! Caímos de golpe de nuestra nube Kington hacia una tierra más dura de lo esperado. Pero no os preocupéis, que yo os explico la razón por la que ha ocurrido esto. Resulta que tras varias investigaciones perpetuas de esas que te salen un día cualquiera de un año cualquiera, he observado que hasta este pasado miércoles estuvimos viviendo en lo denominado Matrix, es decir, unos robots muy malos malosos se han burlado de nosotros y crearon un programa informático que manejaba nuestro cerebro, de modo que en este mundo imaginario el Compostela si que era un equipo como el gin tonic de un pino (es que lo de como la copa de un pino quedó muy anticuado, hay que modernizarse, ser más cool…). Así que, tras este descubrimiento, yo os pregunto ¿Qué hicisteis?¿Qué habéis tocado? A ver quién fue el listo que debió de pisar un cable o desenchufar algo, porque yo estaba muy a gusto en ese mundillo. Que sí, que ya lo sé, no debe de ser muy bueno eso de que unos robots jueguen con tu cerebro, pero yo ni lo notaba, no se vosotros (ahora me doy cuenta que la abeja jodona del otro día fue un virus que no detectó el Kaspersky de Matrix).
Así que, ya fuera de Matrix, volvemos a la cruda realidad; donde las heridas duelen y los pedos huelen. Y ya que hemos vuelto, os voy a dar la bienvenida a este nuevo mundo muy diferente al que estabais viviendo las últimas semanas.
Por lo tanto señores y señoras, señoritos y señoritas, bienvenidos a la realidad:
Esa misma realidad en la que perdemos un partido contra un equipo recién ascendido, un equipo de los denominado rivales indirectos. Y jugamos, tiramos un par de balones al palo pero perdimos ¿en serio no teníamos nada mejor que ofrecer? Vale que nos faltaba el ilustrísimo Primo de Rivera (y no, no es familia de nuestro ilustrísimo, no confundáis…), Diego King Creole, Ube de Vendetta, y otros tantos que se me escapan de las manos (¡ay, payo, que se me escapan de las manoooos!), pero si algo destacaba de esta nueva plantilla era el banquillo, la competencia entre los jugadores, el salto de calidad.
En la cruda realidad nos encontramos un equipo desordenado, completamente diferente al que estábamos acostumbrados a ver en los últimos partidos, como el que jugamos contra el Dépor B (atrás quedó ese 5-0…). ¡Ese no es mi Compos!¡me lo han robado!
En esta realidad tenemos lo que yo denomino el efecto Tommy Hilfiguer, o como diríais la gente normal, ¿debería ser Tomás titular? Porque hay muchos aficionados que creen que sí y otros tantos que por el contrario opinan que no. Es decir, teniendo a un jugador del nivel de Rober en el banquillo, a pesar de que puedo entender que se guarda como revulsivo, el equipo se queda sin personalidad, sin velocidad, sin garra… Tomás tiene una calidad indiscutible, de hecho es de los jugadores del equipo que más calidad tiene, pero creo que Rober le daría una personalidad más ofensiva al equipo si es titular.
Por lo tanto, sólo os queda a vosotros decirnos qué opináis al respecto. ¿Créeis que Tomás es ese efecto Tommy Hilfiguer necesario para que la SD Compostela llegue a los playoffs?¿o por el contrario créeis que Rober tiene sitio de sobra en el once titular sustituyendo al jugador a unos rizos pegado?
Por cierto, el que tocó algo cuando estábamos en el mundo Matrix que lo diga, que no le vamos a hacer nada… Sólo que diga “yo toqué algo en el mundo Matrix”, y nosotros diremos ¡ok, campeón! Pero a la próxima piénsalo dos veces, y seguiremos nuestras vidas, como si no hubiese pasado nada. Yo no me doy cuenta, pero a vosotros ¿Se os ocurre alguien que haya tocado algo en el efecto Matrix?
Bienvenidos al maravilloso mundo de la Realidad Matrixida
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