El responsable del área era consciente de la dificultad del reto, no sería fácil encontrar un delantero económico, que pudiera acoplarse rápidamente al estilo local, y que compensara la inversión conociendo el mercado de invierno. Una vez más, volvió a abrir su cajón. Pacientemente, contaba uno a uno los billetes, en su foro interno esperaba que alguno de sus últimos 50 recuentos hubiera un error que le alegrara el día, pero eso nunca ocurrió. Sin miedo, salió al frío e inhóspito mercado con la esperanza de encontrar un trébol de cuatro hojas, pero con la sensación inapelable de que aquello más que una búsqueda complicada era una quimera. Sí, tenía opciones que podían revertir la situación, pero con la cartera tan vacía se volvían inalcanzables.
Siendo consciente de la premura, su Ilustrísima hizo reunir a su consejo lo antes posible, esperando que de alguna manera, nuevamente, decidieran lo que debía hacer. Horas más tarde, allí estaban, el sector conservador, el núcleo duro que hasta la fecha se había llevado el favor del presidente, y como no, el Dr. No, ese bastión irreductible de inconformismo, y que escasas veces fue quién de superar al grupo de numerosos conservadores. Su ilustrísima saludo efusivamente a sus amigos y les mostró la tesitura en la que se encontraba. El Dr. No se levantó, sin duda hay que hacer un esfuerzo existen posibilidades reales de ascender, no hacerlo sería una tontería. Por contra los conservadores planteaban otra estrategia. "El camino de la austeridad y el control presupuestario está funcionando ¿Para qué cambiar?, por otro lado este año de COVID nos ha mermado los ingresos y eso también lo debemos valorar, y ¿acaso un fichaje garantiza un ascenso?, más aún, ¿compensa ascender a una categoría con unos ingresos aún por determinar, y en la que son seguros los incrementos de los gastos? Además, el equipo está rindiendo, el objetivo marcado está garantizado".
Sobresaltado me desperté, me había quedado dormido. Aún adormilado repasaba el sueño mientras trataba de llenarme un vaso de agua. Nuevamente me sobresalto, el chirrío del timbre del portal me obliga a ver la hora, son las 15:25 y tengo que salir pitando al campo. ¡Joder! Hay que estar en el campo casi una hora antes de que empiece. En fin, a ver si le ganamos a los vigueses y nos metemos en la pomada por la primera RFEF...
PD ¡Hasta la semana!!!!
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