Sé que es casi imposible que esta carta llegue hasta tus manos y menos aún que la leas en el caso de que el supuesto uno se cumpliera. Es más, dudo mucho que lo que aquí comento te importe lo más mínimo, y que pienses que esto pueda valer para algo más que para limpiarse el culo. No me importa, ese no es el objetivo. El único objetivo que busco con esta carta es poder darle a nuestros fieles seguidores un rato de entretenimiento y reflexión aunque eso suponga desahogarme con tu triste figura. En cualquier caso, y si por la más ridícula de las casualidades lees esto con atención, no pierdas la cabeza, asume que la crítica es buena siempre y cuando sea constructiva, y que el escarnio no es más que un juego de críos con granos en busca de un par de "likes" y una ínfima repercusión en las redes sociales, para poder fardar delante de los colegas y ser más popular que las galletas haciéndose el "hater".
Llevo meses siguiéndote la pista tratando de conocer lo que tienes en la cabeza, intentando averiguar cómo funciona tu lógica en busca de patrones que expliquen tu comportamiento. Y es que no me puedes negar que desde fuera pareces un pollo sin cabeza. No te culpes, sé que haces lo que puedes. Tras este tiempo, y aunque sigo siendo incapaz de anticipar tus movimientos, he conseguido entender tu razonamiento y llegar a la misma conclusión que tú aunque esto tampoco signifique que la comparta. Como saben los que sí me leen, no tengo la más mínima confianza en tu gestión, y tu política de bandazos asegura mi éxito al pronosticar que esta tampoco será tu decisión definitiva, ¿o sí? Llegados a estas alturas de la partida, el horizonte comienza a clarearse, y tras la niebla se empieza a entrever lo que había detrás, una salida.
Sé que no me equivoco al pensar que tú ya sabías esto desde la semana pasada y que no te cogió desprevenido. La nueva propuesta de finalizar las ligas que gestiona la federación anulando los descensos y quedando sólo pendientes de jugar los playoffs de ascenso, fue tu agresiva jugada para intentar un jaque mate. Con un Casillas comiéndote terreno en las encuestas, tu imputación por la ampliación de los miembros natos de la Asamblea Federativa del año pasado, y tu chapuza con los audios para tumbar a tu rival, sólo el beneplácito de todos podía devolverte la autoridad del bastón de mando. Además, como si de una reorganización del universo se tratase, la puerta hacia tu propuesta de reconversión del otro fútbol volvía a abrirse. Justicia divina pensarías.
Y no te equivoques, no me siento agraviado. Soy abonado de un club de tercera líder de su grupo hasta la fecha y que, por tanto, tendrá la posibilidad de pelear por alcanzar una segunda B saturada con 24 equipos. No desdeño el ascenso, pero si una temporada con 46 tristes jornadas en las que los clubes no tendrán taquillas en gran parte de la temporada, dónde habrá más desplazamientos largos (Galicia competirá con 5 equipos), y tras la cual los premios no serán tan buenos. Te recuerdo que Italia ha anticipado que no habrá público en los estadios hasta que no haya vacuna, es decir, mínimo hasta enero de 2022.
Lo peor de todo es que tal vez le esté otorgando a tu cerebro maquiavélico unas características de las que carece. Esa maldad, esa astucia sibilina, esa capacidad maléfica, pueden ser sólo un reflejo de algo tan simple como la nada. Una coincidencia cósmica aislada que ha colocado a un descerebrado como tú en una situación ventajosa en medio de una crisis sanitaria que le ha permitido retener el poder. Recuerda, si lees esto ve más allá de la crítica y el escarnio, tal vez de este modo puedas llegar a desarrollar cualidades positivas que te permitan desenvolver funciones con solvencia y garantía.
Atentamente suyo, un aficionado
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