Vaya, vaya, vaya... que ya hemos perdido dos partidos seguidos, que se nos han escapado tres puntitos así, casi sin danos cuenta. La semana pasada, cuando perdimos el primero pensamos "bueno, no vamos a ganar todos los partidos...", pero el pasado Domingo, al encontrarnos la segunda decepción de lo que llegamos del año, a muchos nos vino a la cabeza eso de: "a ver si lo de la semana pasada no fue un caso aislado... " ¿Comienzo de pájara quizás?¿Mala suerte?¡¿Que diablos nos pasa!?. Pasaban los minutos y, por más que se intentaba, las cosas no salían.Vamos, que lo de este domingo fue un mal partido de los de toda la vida, de esos que el año pasado nos encontrábamos semana sí y semana también.
Pero lo que más me preocupó de este partido fue el estado de salud de ciertos jugadores. ¿Están bien los futbolistas del Ourense?. Porque vaya susto me dieron, por Dios. La de veces que tuvieron que ir a atender al portero ¿Le pasaría algo grave? A ver si iba a ser el coronavirus y nosotros nos quejábamos por quejar. Pobre hombre, lo duro que debe de ser, en mitad de un encuentro que iba ganando, tumbarse en el césped derrotado porque no tiene fuerzas suficientes como para seguir jugando. Ya os digo yo que muy grave tuvo que ser para que haya perdido tantos minutos quejándose. Es una pena, porque se veía que el jugador estaba deseando continuar para no perder ni un sólo minuto.
¿Y qué me decís del "peazo" grito que pegó uno de los laterales Ourensanos cuando Primo le pisó en un lance del encuentro?¡Qué susto me llevé! Por un momento pensé que la bota del jugador compostelano llevaba unos cuantos pinchos oxidadas en la suela, sino no me explico ese grito de dolor tan potente. Espero que pueda volver a jugar al fútbol, pobre hombre.... Lo duro que le debió de resultar a estos jugadores aguantar tanto dolor y sufrimiento, no quiero ni imaginármelo.
Menos mal que estaba ahí el Sr. Árbitro para imponer respeto, y vaya si consiguió imponerlo. El estimado colegiado ha sido lo suficientemente hábil cómo para sacar tres tarjetas amarillas al equipo que recibió las faltas más salvajes de todo el partido, porque era la única manera de hacer entender a los equipos que aquí el que podía hacer las faltas era el Ourense, el Compos mejor que se quede quieto. Y claro, el Ourense al ver que tenía vía libre decidió imponer el modo "sacho" y comenzó a dejar regalitos a los jugadores compostelanos, algunos de ellos serán difíciles de olvidar...
¡Ojo!¡Mucho ojo! con estas críticas no trato de justificar la decepcionante derrota sufrida el pasado Domingo en el estadio que está en frente al campo de entrenamiento Salapasidis, que si hemos perdido fue por nuestra culpa, las numerosas patadas y la incompetencia del Sr. Colegiado no son razón suficiente cómo para no llevarnos los tres puntos. Pero dejemos atrás los dolores del pasado y pensemos en el suculento futuro. ¡A Estrada que vamos!
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