Me ha sido realmente difícil ordenar todas las ideas y análisis que me surgieron tras la derrota del Compostela el pasado domingo en Carballo. Sentimientos y sensaciones se enfrentaron en una guerra sin cuartel dentro de mi dando como resultado final este post.
Se dice que los equipos grandes comienzan suave las temporadas con el fin de llegar a las fases decisivas de las competiciones en plenitud de forma. Tal y como decían Yago y Cardeñosa en la previa, las ligas se deciden en las últimas 10-7 jornadas. Los equipos más humildes suelen funcionar al revés, buscando sumar el mayor número de puntos posibles en la primera vuelta porque en teoría son más asequibles. En esta temporada de la tercera división gallega, equipos como el Fabril, el Bergantiños o el Cerceda, hechos para ascender, ya están haciendo valer su trabajo, confianza y plantel, y seguramente acaben disputando fase de ascenso. El austero Compostela de esta temporada de transición deberá trabajar mucho más si quiere tener alguna opción de entrar en playoff. ¡Ojo! No os equivoquéis. No estoy hablando de puntos sino de algo más importante, de sensaciones. Eso a lo que tantas veces hace referencia el míster.
Aunque tras la derrota ante el Fabril en enero, el Compostela enlazó una serie de buenos resultados y goles, el equipo mostró dificultades para generar ocasiones. Este aspecto fue agravándose y terminó por empeorar los resultados obtenidos en la primera vuelta. De los 9 partidos disputados en la segunda vuelta sumó un punto menos que en la primera. Esta falta de ocasiones, esta crisis de juego o identidad, este vértigo, estas dudas, parece que se repiten en el tiempo, desvaneciendo al cabo de unas pocas semanas los progresos que hace el equipo. Chirría que siendo el tercer equipo más anotador de la liga, sea el sexto equipo más goleado y sólo haya sido capaz de mantener su portería a cero en uno de cada cuatro encuentros disputados. Además, sorprende que a estas alturas de temporada el equipo todavía no haya disfrutado de una victoria cómoda, no consiga erradicar esa inseguridad defensiva insufrible, tenga que reconvertir jugadores para compensar sus defectos de plantilla, o no sea capaz de generar ocasiones por otras vías que no sean la magia de Tomás, Recoba o Diego. Estas sensaciones aunque puedan parecer pobres, las arrastramos desde el principio y están marcando la temporada. Son estas malas sensaciones las que luchan contra la ilusión y la esperanza, y ponen en duda que los salvables 7 puntos con respecto a la cuarta plaza sean recortados con los 30 todavía en disputa. No se si hace falta un coacher tipo Aida Nizar, jugar con tres centrales o fichar al apóstol, pero haciendo lo mismo que hasta ahora se me antoja muy complicado poder alcanzar el playoff. Pero mientras haya vida mantendré la esperanza.
Bueno, cambiado de tema, ¿Creíais que me había olvidado de la encuesta Saliendo de Copas? Pues no, estuvo tan reñida la votación que decidí dejarla otra semana para ver si se animaba alguien más a participar. Al principio tenía miedo que el virus alforfoncio os contagiara, pero al final habéis sido muy cuerdos y nada amigos de los extremos. La libertad plena no ha conseguido votos y la regulación contractual ha quedado de penúltima empatada con "si no lo ha visto nadie no ha pasado". También se ve que muchos valoráis tanto los factores rendimiento y categoría, tercer y segundo puesto, lo que me ha sorprendido, apostaba por otros antes que por estos. Y el ganador con casi un 42% de los votos, como si de un anuncio de DGT se tratara, es... LA MODERACIÓN, "No es lo mismo tomarse una caña que abrazar farolas". Estoy convencido de que muchos de los jugadores se sentirán aliviados con esta encuesta.
Para terminar, aprovecho este último párrafo para despedirme nombrando a Recoba, por mayoría abrumadora, mejor jugador de la SD Compostela del mes de febrero. Nos vemos el Domingo a las doce en San Lázaro donde nos enfrentaremos al Silva y os recuerdo, por si no podéis asistir, que será televisado. Feliz semana!!
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